El chip para mascotas es obligatorio en Quito
“Cusqui” camina sin reservas por el Departamento de Contratación Pública de la Empresa Metropolitana de Obras Públicas (EPMMOP).
No corre, no gruñe, no ladra. Se acuesta en cualquier rincón, especialmente en su sillón preferido, y obtiene caricias de aquellos a los que se acerca mansamente.
Hace tres meses es un integrante más de la dependencia municipal, en donde pasa la mayor parte del día.
El can es parte del grupo de perros rescatados que el alcalde Jorge Yunda entregó desde mayo a la EPMMOP, otras instituciones del Cabildo, a la Asamblea Nacional, además del ciclista ecuatoriano Richard Carapaz.
Pablo Durán, director de Contratación Pública de la EPMMOP, dice que la presencia de “Cusqui” no es un problema para el trabajo del departamento ni del resto de la institución.
No fue difícil convertir a la empresa en un hogar para la mascota. Adecuaron un espacio en el estacionamiento para colocar una casa, aunque prefiere la compañía de los funcionarios.
Durán aclara que todos los aportes, incluidos comida y juguetes, son voluntarios y en su donación participa personal de todos los departamentos de la entidad.
Los funcionarios también sacan al can para que haga sus necesidades. Incluso se turnan para pasearlo o llevárselo los fines de semana.
Durán dice que los funcionarios de la EPMMOP asumen los cuidados del animalito, de 7 meses, como una especie de pausa activa en la rutina de sus actividades.
En el edificio que funcionan la Secretaría Metropolitana de Salud, la de Inclusión, la Agencia de Coordinación Distrital de Comercio (ACDC), entre otros organismos del Cabildo, se vive una situación similar. Allí habita “Manchas” o “Mijín”, como lo llaman algunos.
Pablo Arias, coordinador de Urbanimal, entidad encargada del tema de la fauna urbana y que también funciona en el inmueble, señala que el cuidado del perro es voluntario y masivo al igual que ocurre en la EPMMOP.
A su llegada a la Alcaldía, Yunda declara que todas las entidades municipales se convertirían en pet friendly (amigables con las mascotas).
Al respecto, Arias considera que no se necesitan grandes adecuaciones ni inversión para lograrlo. Lo importante -apunta- es la voluntad de cubrir las necesidades del animal.
Jorge Luis Acosta, médico veterinario, coincide con ello.
Sostiene que “hace 30 o 40 años, cuando la ciudad era pequeña, las mascotas eran guardianes, vivían afuera de las casas y tenían mucho descampado para correr y ejercitarse por su cuenta”.
Pero el crecimiento urbano y el incremento de edificios cambió la situación.
“Perros y gatos viven hoy en espacios reducidos. Pero eso es inevitable. No se puede obligar a los dueños a botar paredes para que el animal esté más cómodo. En cambio, es importante pasearlos (los perros) para que hagan ejercicio y liberen el estrés”.
Los planes de la Alcaldía
El coordinador de Urbanimal (Pablo Arias) dice que la donación de perros rescatados no es la única acción que planea el Cabildo sobre el tema de fauna urbana.
La falta inmediata de recursos es un impedimento para aplicar a corto plazo todas las ideas.
Algunas, sin embargo, empezarán a ejecutarse. Una de ellas es lo que el nuevo gobierno local considera mejoramiento de las campañas gratuitas de esterilización.
Lo primero es la adecuación de tres vehículos donados por entidades municipales, como quirófanos móviles (dos) y ambulancia (uno).
Además, se modificará el concepto de campañas masivas para centralizar el servicio en las zonas que más se requiera, tanto por el número de animales, como por la dificultad de acceder a este tipo de atenciones.
El titular de Urbanimal dice que ir a un barrio una vez al año no tiene sentido. Así, sostiene, se esteriliza a un animal, pero se dejan fértiles a sus hijos y posiblemente a los nietos.
Por eso plantea centrarse en los sectores más conflictivos y visitarlos cada tres o seis meses para lograr una cobertura total.
Otro de los proyectos es mejorar el control municipal sobre la fauna urbana y la situación en que se halla.
Se planifica para ello un censo general de animales, que se realizaría el próximo año por cuestión de presupuesto y de estructuración.
La meta es conocer de manera precisa la cifra de canes y felinos con dueño y los que viven en la calle. Además, se sabrá cuántos animales tienen chip de identificación y se obligará a cumplir con este requisito a los propietarios que no lo hayan cumplido.
Arias sabe que el Municipio no tiene personal suficiente para realizar controles pormenorizados. Y por ello, considera necesario su incremento.
Otra idea en la que trabaja Urbanimal es en el mejoramiento de sus clínicas veterinarias del norte y sur de Quito. Un proyecto para el cual, Arias calcula, se requieren $ 200.000. (I)