Desde hace 27 años, Gloria Chicaiza se dedica a sacar las malas energías del cuerpo de las personas. Tiene 47 años y se la encuentra en el mercado San Roque, en el centro de Quito.

Recibe a sus clientes de todas las edades en un pequeño cuarto cerrado, donde desaparecen los sonidos propios de una plaza. Cura las enfermedades más raras que no encontraron solución con la medicina hecha a base de químicos.

La mujer, que empezó en el mundo del comercio desde muy pequeña porque su padre falleció, adquirió estos conocimientos gracias a sus familiares y por iniciativa propia.

La mayoría de sus clientes llega a su puesto para que les realice una limpia o les haga baños para la buena suerte.

Antes de empezar, Gloria bebe un preparado hecho a base de trago, cuero de culebra, ayahuasca, chuchuhuazo y zaragoza, para que no se le peguen las malas energías y se le restablezca el buen ánimo.

Velas, huevos y cuyes reemplazan a los equipos médicos más sofisticados. Según Gloria, con estos materiales puede determinar con exactitud qué padece algún enfermo. Además de hacer estas curaciones, vende en el mercado diversas hierbas y todo tipo de productos para que la gente tenga buenas energías.

Gloria explica que para ser curandera se requiere fuerza de carácter, pues si es de corazón débil, fácilmente le podrían afectar los malestares de sus pacientes.

Una limpia cuesta $ 20, si es con cuy y huevo; si es solo una chequeada el valor es de $ 10. El costo para niños es de $ 5. (I)