Caja común ayuda a evitar el “correteo”
Desde el año 2000, la compañía de transporte urbano Translatinos trabaja con la “caja común”, un mecanismo de recaudación que garantiza la equidad en la distribución de las ganancias.
Jorge Yánez, administrador de la cooperativa, explica que el modelo tuvo éxito en Brasil y Colombia, por lo que decidieron aplicarlo.
El sistema tiene 4 fases: el registro y salida de unidades, la asignación de frecuencias, la delimitación del horario de trabajo y la liquidación de los ingresos diarios.
El transportista indicó que en la primera fase los jefes operacionales no solamente revisan las unidades (lo hacen una hora antes del primer recorrido) sino que también chequean que los documentos del conductor estén en regla y posteriormente les entregan un monto determinado en monedas para dar el vuelto a los pasajeros. El primer bus sale a las 05:15 y el último concluye su jornada a las 21:00.
Con respecto a la frecuencia, hay unos 15 minutos de intervalo en el despacho de unidades. La intención es garantizar que cada bus tome un número similar de pasajeros, de modo que ninguno se sienta perjudicado y evite los “correteos”.
El tercer paso es fijar horarios para cada unidad, es decir, mientras unas empiezan a laborar desde las 05:15 hasta las 18:00, otras se incorporan a las 07:00 y concluyen a las 21:00.
Según Yánez, eso permite que las primeras unidades atiendan a mayor número de pasajeros en las horas pico de la mañana, mientras que los otros compensan esos ingresos extras por las noches, cuando también se incrementa la demanda de transporte público.
Finalmente, se realiza la liquidación de la caja, en la que cada conductor entrega los ingresos del día. Esos datos se convalidan con los registros de los sensores incorporados en las puertas (entrada y salida) del bus, para evitar errores en la repartición de utilidades, que se efectúa a fin de mes.
A eso se suma que los salarios de los choferes y auxiliares son fijos y no dependen de la recaudación ni de los recorridos realizados.
Para el conductor Gustavo Robalino, quien lleva más de 10 años en la cooperativa, ese modelo operacional es beneficioso porque tiene un salario garantizado y no se siente presionado detrás del volante. Y bajo ese mecanismo se ha conseguido que el 60% de los conductores sea propietario del bus.
La semana pasado el Concejo Metropolitano de Quito aprobó una ordenanza mediante la cual todo el transporte público que opera en el Distrito deberá aplicar el modelo de la caja común.
Patricio Ubidia, presidente de la Comisión de Movilidad del Municipio, aseguró que la intención es igualar los salarios de los conductores y evitar la “competencia” que se produce entre unidades por recoger más pasajeros.
Para Yánez es imprescindible que el Municipio capacite al resto de cooperativas antes de aplicar la ordenanza; además reconoce que la mayoría de sus socios está conforme con el mecanismo de trabajo