La ampliación de  la calle Rumihurco, el acceso principal a 13 barrios, entre ellos Pisulí y Jaime Roldós, fue entregada ayer a los moradores.

La vía antigua contaba con dos carriles por donde circulaban 6 frecuencias de transporte público, con 81 buses que atienden a más de 75 mil personas que viven en los barrios del noroccidente de Quito. 7.100 vehículos al día circulan por esa avenida. 

Los moradores cuentan que la calle no soportaba tantos vehículos. En las horas pico (07:00-09:00 y 16:00-19:00) se formaban largas filas de buses y automóviles sin permitir el tránsito fluido. La velocidad  de circulación  era  de  5 kilómetros por hora.  

Washington Almeida, morador del barrio Rancho Bajo,  por más de 20 años, relató que para salir desde su barrio hacia la avenida Mariscal Sucre por la calle Rumihurco se demoraba alrededor de 60 minutos.  “Una hora en salir del barrio hasta la Mariscal y de allí otra al centro, dos horas perdidas por el tráfico”, dijo.

Con la ampliación, la calle Rumihurco cuenta con cuatro carriles (dos por cada sentido) de 3,5 metros de ancho cada uno. Los trabajos se realizaron solamente en el lado oriental de la vía. Tiene 1,3 kilómetros de longitud. Adicionalmente se señalizó  e iluminó.

Los barrios que también se benefician de los trabajos son: Justicia Social, San José de Cangahua, Rancho Bajo, Camino a La Libertad, Consejo Provincial, La Comuna, Comité del Pueblo Número Dos, asimismo a  la  Escuela Superior Militar Eloy Alfaro.

Pero el beneficio no es solamente para quienes viven en la zona, sino también para las personas que llegan de visita o a su sitio de trabajo.

Para Jesús Ortiz, que entrega productos de aseo personal en las tiendas de los 15 barrios noroccidentales, la obra le permite distribuir con más prontitud sus artículos. “Me demoro en entrar 40 minutos, en un tramo que normalmente se puede demorar 15”.

Pero  no todos están satisfechos con la ampliación de la vía, pues los moradores del barrio Cangahua piden que también se trabaje en la calle San Francisco, único acceso al barrio, que aún es empedrada y no cuenta con aceras a los extremos.