79 años de tradición lleva la Banda Municipal
Han cantado en plazas, estadios, canchas de futbol, calles, teatros y más escenarios. Con sus melodías alegran y hacen bailar a quienes los escuchan. Se trata de la Banda Municipal de Quito, que este mes cumplió 79 años de animar a los quiteños y a sus visitantes con sus melodías.
A primera vista, clarinetes, saxos altos, saxos tenores, barítonos, liras, flautines y trombones alegran la sede de la agrupación, ubicada en la Mena Dos -en el sur de la capital-. Pero esos no son los únicos instrumentos que se observan en el lugar y que están colocados en estantes -al igual que la misma posición que los músicos tomarán en el escenario- pues también hay trompetas, bombos y platillos, que son los encargados de revivir las más tradicionales canciones como el Chulla quiteño.
La sede de la agrupación se asemeja a un santuario en donde los cultivadores de la música tradicional -que practican seis horas diarias- conservan muchos recuerdos de sus múltiples travesías por el país. Allí se ven fotos pegadas en la pared -unas más antiguas que las otras- que cuentan la historia de quienes alguna vez fueron llamados los trompudos por los quiteños y visitantes.
José Sangotuña (48 años), quien toca el clarinete, cuenta que se siente orgulloso de pertenecer a una agrupación a la que considera como prestigiosa. Para él su mayor recompensa es ver a la gente bailando con la música que ellos comparten. Lleva 18 años en la banda y recuerda que su afición por la música la tuvo desde muy pequeño: “a los 5 años cogía las tapas de las ollas y hacía ruido, pero era porque me gustaba cómo los músicos de la banda de mi barrio movían los platillos”.
El grupo está compuesto por 47 músicos, 45 hombres y 2 mujeres. Sobresale Karla Montenegro (27 años), quien asegura que trabajar entre hombres es gratificante, pues son “muy colaboradores y preocupados”. Cuenta que estar en la Banda Municipal le dio la oportunidad de sentir el cariño de la gente y conocer varios lugares de la capital y del país. La otra fémina del grupo es Marisol Pachacama (24 años), hija de Luis Pachacama, que también toca un instrumento dentro de la banda.
Los 47 músicos son reconocidos entre la población quiteña porque suelen presentarse antes de las sesiones conmemorativas, inauguraciones de obras, así como las presentaciones de proyectos que realiza el Cabildo.
Amenizar estas celebraciones para Miguel Cabrera, que toca el clarinete, es su mayor orgullo. Comenta que en el coliseo del Colegio Benalcázar tocaron esta semana. Estuvieron acompañados por el Trío Colonial e hicieron bailar a los más de 1.000 asistentes. A Lucía Montenegro, moradora del barrio Bellavista, en Calderón, le gusta los sanjuanitos y pasacalles que interpreta la agrupación. “Siempre nos hacen bailar”, dice visiblemente emocionada.
La Banda Municipal, que cumplió 79 años el pasado 11 julio, fue creada en 1933 y nació de la unión de las bandas que quedaron de los batallones militares, tras la ‘Guerra de los Cuatro Día’. Los instrumentos de la agrupación fueron renovados hace menos de tres meses por una gestión de la concejal Marisol Corral. “Esto permite que el sonido sea mejor”, cuenta Cabrera, administrador del grupo. El pasado viernes celebraron su aniversario junto a Tomback, la soprano Vanesa LaMar Salas, entre otros.