77 familias saldrán de 5 barrios en zonas de riesgo
El Municipio de Quito planea reubicar a 77 familias de algunos sectores de Atucucho, Calderón, Monjas, Paluco y Yaku, cuyas viviendas están en zonas de riesgo. Serán trasladadas a los conjuntos habitacionales Mena 2 y Pueblo Nuevo, que se construyen en el sur de la ciudad, con apoyo del Cabildo.
El proceso es parte del convenio que la Municipalidad firmó el pasado 12 febrero con la Empresa Metropolitana de Hábitat y Vivienda, creada específicamente para resolver la reubicación de los barrios en zonas de riesgo.
Como parte de ese programa también se construyen los proyectos inmobiliarios Ciudad Bicentenario (Pomasqui) y Bellavista de Carretas (Carcelén), y están en planos Girón del Valle (Chillogallo), San Francisco de Huarcay (La Ecuatoriana) y Turubamba de Monjas (Camal Metropolitano).
Mientras eso se concreta, el Municipio entrega a las familias un fondo de ayuda humanitaria de 146 dólares para costear un arriendo. El proceso inició en 2010 con un estudio de campo aplicado en las ocho administraciones zonales, mediante el cual se identificó a 60 barrios en condiciones de riesgo y la capacidad socioeconómica de sus habitantes para integrarlos al plan de reubicación.
El primer traslado se dio en mayo de 2011, cuando el Municipio desalojó a los moradores del barrio Forestal, asentado sobre la avenida Simón Bolívar, luego de que la montaña cedió y provocó la muerte de cinco personas. Esas familias están protegidas por el programa municipal y serán trasladadas a los nuevos conjuntos habitacionales.
Sin embargo, para quienes viven en zonas de riesgo, como María Catota, la solución es otra: construir un muro de contención detrás de su casa levantada con bloque. La mujer habita en el barrio Alma Lojana, en el sector Monjas.
Con su hijo amarrado a la espalda, María sube la pendiente de tierra con total naturalidad y cuenta que ha vivido en la zona por 15 años, junto a su familia, “y a Dios gracias no ha pasado nada”. Dice que aceptaría la reubicación si la nueva vivienda se parece a la suya (dos pisos de bloque), pero el Cabildo entregará casas de una planta con dos habitaciones y un baño. Cuando se le pregunta sobre los riesgos que enfrenta su familia, solo baja la mirada y asegura que hasta el momento ningún funcionario municipal le advirtió del problema.
Germán Chiluisa, su vecino, tampoco conoce del proyecto, pero indica que no aceptará, ya que su casa es herencia de sus padres y por tanto no la abandonará.
La expropiación está dentro del plan municipal
Para Jaime Palaquinay, la historia es diferente. Durante 30 años vivió en el sector La Loma, en una vivienda que alquilaba al IESS. Pero tras un acuerdo interinstitucional el predio pasó a ser parte del Fondo de Salvamento (Fonsal), y cuando esta entidad desapareció la propiedad fue asumida por el Municipio.
“Hace ya un tiempo, personal del Municipio me visitó y me informó sobre la reubicación”, manifiesta Palaquinay, quien ha aceptado la propuesta con el propósito de obtener un nuevo hogar. Solo espera que se ubique cerca del Centro Histórico, en donde está su negocio.
Con el Plan de Relocalización la Alcaldía pretende controlar el crecimiento urbanístico de Quito y evitar futuras desgracias.