En un improvisado taller de restauración del segundo piso del convento de San Francisco están guardados 56 cuadros pertenecientes a la nave norte de la iglesia. Estas obras fueron retiradas por disposición del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) y ahora están embodegadas.

Según María Soledad Montalvo, técnica en restauración del convento, el IMP debía adjudicar un contrato para la preservación de los cuadros entre marzo y abril de 2015; el proceso no se concretó, pero la orden para el retiro se emitió.“Estas son obras de la nave norte. Se me dio la orden de que empezara los trabajos y desmonté 56 cuadros.

Estas obras están en peligro porque se encuentran fuera de su sitio. Muchas de ellas están adheridas a tableros infestados de polillas y las pinturas pueden infectarse”, aseguró Montalvo.

El instituto de patrimonio asegura “que se ejecutó el desmontaje para realizar intervenciones en los demás frentes, como es el caso de los retablos y la pintura mural”.

Según la entidad, se preparan los términos de referencia para contratar la restauración de las pinturas y que este proceso podría demorar entre 60 y 90 días.

La última intervención del IMP fue en la estructura de la nave norte y el trabajo concluyó en septiembre de 2015, según los integrantes de la orden religiosa. Carlos Amendaño, el principal de los franciscanos, mencionó que aún esperan el dinero ofrecido por la Unidad Patronato Municipal San José.

“Una parte del monto recaudado en la Teletón de diciembre de 2014 ($ 300 mil) estaba destinada a la recuperación del convento. Este dinero se invertiría en el arreglo de la cervecería artesanal, del huerto y en el mantenimiento de la pila del jardín central del convento, pero aún no se hace el traspaso. Funcionarios de la entidad nos dijeron que no se efectiviza a causa del cambio de la razón social de la ex-Fundación Patronato a unidad”, dijo.

A pesar de esto, los técnicos y religiosos franciscanos agradecen la intervención municipal.

De acuerdo con el Municipio, desde 2000 se han invertido $ 4 millones en el convento. EL TELÉGRAFO solicitó hablar con representantes del Patronato sobre el tema de los recursos de la Teletón de hace 2 años, pero hasta el cierre de la edición no obtuvimos respuesta.

La iglesia de San Francisco es parte del patrimonio colonial de Quito. La iglesia y el convento se levantan en un área de 3,5 hectáreas en el Centro Histórico de la capital.

En 1983 se efectuó la primera restauración moderna de la iglesia. En aquella época, la Agencia de Cooperación Española aportó con capital. Cuatro años después, a consecuencia del terremoto ocurrido en la Amazonía, la iglesia sufrió daños en muros, torres y cúpulas. Para entonces, el Municipio había creado el Fondo de Salvamento (Fonsal), que intervino en esa recuperación.

La iglesia de San Francisco alberga más de 3 mil obras de arte, todas elaboradas por artistas de la Escuela Quiteña. Entre 1983 y 2000, el Cabildo, instituciones internacionales y la propia orden crearon el Museo Fray Pedro Gocial, donde se encuentran retablos, esculturas y pinturas de más de 400 años de antigüedad.

Según Héctor Vega, arquitecto y técnico en patrimonio de San Francisco, desde entonces se ha intervenido alrededor del 50% de la iglesia. “Resta por recuperar la nave central, que incluye pintura mural, lienzos, decoración, la Capilla del Pilar y los retablos de la nave sur, una de las tres del templo. El Municipio, a través IMP, es el encargado de continuar el trabajo, pero esto depende del presupuesto”, apuntó.

Se ha intervenido en el reforzamiento de muros, cambios de pisos, restauración del artesonado de la nave central, el altar mayor; esos espacios comprenden el 50% ya trabajado.

Hace 3 años, los frailes franciscanos y la Unesco crearon un plan de gestión integral para la iglesia y el convento de San Francisco.

La Unesco indicó que el otro 50% del patrimonio mueble del convento se encontraba en peligro debido a causas ambientales y humanas. Elementos como el polvo, el esmog, la polilla y la humedad son considerados como los principales problemas.

El 15 de octubre pasado, la iglesia y el convento pasaron a integrar las lista de patrimonios amenazados presentada por el World Monuments Fund (WMF).

Con el plan de gestión, cuya temporalidad era de 2 años, se pretendió crear un modelo sostenible de preservación para la iglesia y el convento. También son parte de este plan el Municipio de Quito, el Instituto Nacional de Patrimonio y la Cooperación Italiana de Desarrollo. El sistema de gestión proponía un modelo público-privado que garantice la participación de los diversos grupos que tienen injerencia e interés en la conservación del complejo.

En 2013, la Unesco señaló que la inversión total para resguardar el patrimonio de la iglesia sería de $ 5 millones. (I)

Algunos cuadros están siendo intervenidos por estudiantes de la carrera de Restauración de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE). Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo