2.280 anuncios son legales, pero Quito luce “empapelada”
En Quito, según datos de la Agencia Metropolitana de Control, hay 2.280 publicidades externas en la ciudad con los respectivos permisos. Según el comisario de publicidad de la Agencia de Control, Sebastián López, la ciudad está bombardeada de anuncios, lo que causa contaminación visual.
La entidad se encarga del control, pero aún así sigue aumentando la colocación de publicidad. López explicó que la contaminación se genera debido a la ilegalidad a la que se han acostumbrado los quiteños, a lo largo de los años, de instalar publicidad en el Distrito sin los permisos municipales correspondientes.
Según la Ordenanza Municipal Nº 330, los rótulos, carteles y publicidad electrónica deben contar con la Licencia Metropolitana Urbanística (LM41). Además, en el anuncio se debe visualizar la fecha de otorgamiento, vigencia de la licencia y el nombre de su titular.
Para el conductor Luis Andrade, la publicidad no es dañina, pero reconoció que a las personas les incomoda las grandes pantallas LED colocadas en los edificios, especialmente “en la noche porque son brillantes y no permiten ver bien el camino”.
El comisario de Publicidad explicó que los anuncios que molestan son aquellos que no cuentan con los permisos y que toda promoción antes de ser publicada debe cumplir especificaciones que no mortifiquen a los transeúntes.
Las molestias por los anuncios luminosos suceden en las noches y en zonas comerciales. Un ejemplo de los lugares en los que existe el bombardeo de publicidad son las avenidas Naciones Unidas y Amazonas, en el norte, y la Michelena y Napo, en el sur.
En el Centro Histórico la situación es diferente, los negocios no pueden publicitar, ni poner rótulos. La forma de identificar el nombre de un local comercial es con letras de metal en la pared. Esto evita la contaminación visual y sobre todo observar el paisaje urbanístico.
El concejal Alonso Moreno contó que la ordenanza municipal que regula la publicidad exterior será reformada en varios aspectos para evitar que haya contaminación visual en el futuro.
Acotó que los proyectos de reforma que propone la Comisión de Ambiente están basados en disminuir la contaminación en los sectores más comerciales de la ciudad. Pero no solo los rótulos son los que bombardean la ciudad, sino también la publicidad móvil.
Los buses de servicio público ruedan en toda la ciudad luciendo propaganda, de todo tipo, en ambos lados y en la parte posterior.
En el caso de la cooperativa de transporte Juan Pablo II -recorrido hacia Solanda, en el sur, y Calderón, ruta al norte-, las ganancias de las publicidades en las unidades son para sus propietarios.
El Trolebús y la Ecovía también publicitan en sus vehículos. Según el jefe de publicidad de la Empresa de de Pasajeros de Quito, Eduardo Sierra, las ganancias que la entidad tiene por propaganda son de 300.00 dólares anuales. Ese dinero es utilizado para realizar arreglos de paradas y de mantenimiento. La institución de transporte metropolitano tiene entre 40 y 60 buses con publicidad, estos serían de la línea del Trolebús y de la Ecovía.
Según Sierra, el ingreso por anuncios se basa en la Ordenanza 330, que les permite realizar autogestión. La publicidad ilegal es mayor en la capital, pero el Municipio sanciona a aquellos que no respetan la ordenanza.
La multa es de 20 remuneraciones unificadas, es decir 5.840 dólares, así como el desmontaje o retiro de la publicidad exterior con reposición de las cosas al estado anterior del cometimiento de la infracción.
Según López, las empresas mejor posicionadas en venta de publicidad son las que menos cumplen con los requisitos exigidos por el Municipio.
Esas empresas son las que mayores procesos tienen. En el caso de comercios pequeños, en primer lugar se les pide que retiren sus rótulos, y se les explica cuáles son los procedimientos, indicó López.
Añadió que las personas ponen anuncios sin tener conocimiento de que existe una ordenanza que regula la publicidad y que hay multas, también.