La industria minera se ha desarrollado a nivel mundial durante décadas. Esta extrae minerales como oro, plata y concentrados de cobre. Y deja como resultado residuos, conocidos como “residuos mineros masivos”, entre los que se encuentran los relaves.

Estos son depositados sin aprovechar todo su potencial debido principalmente a factores económicos y tecnológicos. Es así que se dejan metales con concentración de minerales, que en la actualidad son económicamente explotables, y tierras raras, que pueden ser aprovechadas en tecnología, industria, medicina, entre otros. Los relaves podrían ser un activo económico y un aporte para la sustentabilidad de la minería.  

En América Latina hay ejemplos de reaprovechamiento de relaves, uno de ellos se desarrolla en Perú con el proyecto Bofedal-2, de la compañía Minsur. Este se enfoca en la recuperación del estaño, de los relaves antiguos de la Unidad Minera San Rafael.

Recuperación que se complementa con la optimización de la planta de reaprovechamiento de relaves, la cual rescata concentrados de este metal para su refinación, fundición y comercialización.

Este aporte permitirá la ampliación de la capacidad de tratamiento de la planta concentradora de 2.900 a 3.480 toneladas métricas (el 24 de junio de este año el estaño se situó en $19,06 por kilogramo), lo cual reportará mayores ingresos económicos para la compañía, así como mayores regalías para el Estado.

A nivel nacional las plantas de beneficio recuperan oro, plata y concentrados de cobre, no se ha tratado de recuperar otro tipo de metales o tierras raras. En algunas muestras superficiales en relaveras al sur del país, se registraron altos concentrados de magnesio y zinc, así como trazas de oro, plata y cobre, lo cual da un indicio de que estos relaves tienen potencial económico.

Sin embargo, es necesario realizar un catastro de estos sitios y complementar con una caracterización y descripción físico-química y mineralógica de estas, que permita evaluar su real potencial económico. (O)