La única obligación de la mujer es elegir su destino
El 8 de marzo no es un día para hablar de violencia porque para esos casos está el 25 de noviembre. Pero la violencia está en todos los escenarios de las mujeres y es ahí donde lucha el feminismo, porque queremos iguales oportunidades para hombres y mujeres. A la mujer se le pide trabajar igual que un hombre pero con menor salario y al mismo tiempo quieren que seamos excelentes amas de casa y excelentes madres. Nos cuestionan al decir que no somos suficientemente buenas para un trabajo y eso también es violencia. Es una herida a su autoestima. La mujer no está obligada a ser madre, ama de casa, etc. La única obligación de ella es elegir y ser feliz en lo que se desempeñe.
Los cambios sociales no son rápidos, nosotras creemos que los cambios están en nosotros y son inmediatos, la misma evolución ha tomado millones de años.
Sí, cambiamos la educación pero lo que debemos hacer es cambiar la práctica coherente de reflejarlo en nuestras acciones y prácticas cotidianas. Por ejemplo: Yo no le puedo decir a mi hijo que sea un excelente estudiante si yo; su mamá, no me preparo día a día.
Lo importante del 8 de marzo es que tengamos condiciones buenas del pleno empleo, que lo mínimo que se pague sea el salario básico, afiliadas al seguro social, horas extras y gozar de las vacaciones. Pero ocurre que por la falta de empleo, alguien acepta el trabajo; pero debe ser mejor para mantenerlo y ganar ese ingreso de dinero. Pero de por sí siempre es desigual la carrera porque su carga horaria se suma a las del hogar y de ser mamá. La mujer que decide trabajar lleva otras cargas y eso no es justo. Es ahí cuando se producen las renuncias y las no garantías al trabajo digno al que todo ser humano tiene derecho pero que con nosotras no se cumple. (O)