Los clubes de fútbol en el Ecuador, curiosamente están catalogados en nuestra legislación tributaria como instituciones privadas “sin fines de lucro” en una industria que a nivel mundial mueve más de 500.000 millones de dólares. Dicha calificación significa que a diferencia de usted, los clubes están exentos de pagar impuesto a la renta y su anticipo, utilidades a sus trabajadores, impuestos prediales, el 1.5 por mil sobre activos totales y la patente municipal, tampoco sus balances y estado de resultados son públicos, como si lo son los de todas las sociedades anónimas y limitadas, entre más beneficios.

De alguna manera la prevalencia de las reglas de la FIFA y sus federaciones y el sigilo de sus balances y presupuestos, a la par de un régimen excepcional de liberación de pago de impuestos como cualquier actividad económica, facilitaron actividades ilícitas en el Ecuador, como el negocio de la UEFA con los derechos televisivos para Ecuador (2015) en donde los empresarios argentinos Hugo y Mariano Jinkis (padre e hijo) compraron a la UEFA los derechos televisivos de la Liga de Campeones y luego los revendieron a Teleamazonas por una cantidad que triplicaba los valores desembolsados inicialmente; hecho que posteriormente destaparía el escándalo por corrupción de la FIFA (Papeles de Panamá. Frederik Obermaier)

Varios clubes de fútbol manejan sus finanzas por lo menos de forma descuidada y desordenada; por lo que no deberían estar exentas de impuestos y tributar como cualquier otra actividad económica. Ello en razón de que la exención de impuestos es en el fondo una subvención del Estado en el que se permite a la entidad quedarse con recursos públicos (el valor de los impuestos no pagados) y se entiende que deben manejarlos y producir con ellos mejores resultados que si se los entregasen al Estado.

De esta manera y tomando el modelo de gestión y manejo de recursos de forma eficiente y transparente como ha demostrado el proceso del club Independiente del Valle. El SRI y el Ministerio del Deporte, deberían empezar por transparentar las cifras de la Federación Ecuatoriana de Fútbol y sus clubes, y fijar anualmente los objetivos en inversión, formación y distribución de ingresos; y que de no cumplirse pasen a tributar como cualquier empresa en el Ecuador. Lamentablemente, son cosas que no vemos en el proyecto de Ley Orgánica de Simplicidad y Progresividad Tributaria. (O)