Chile rumbo a la Constituyente: Tensiones y disputas por el sentido
Una de las claves para comprender a Chile rumbo a la Constituyente, es acercarse a los procesos de etnogénesis (antropología crítica), definidos y trabajados de forma amplia por varios cientistas sociales entre ellos el investigador chileno Luis Campos (2019) quién define esta categoría como “una forma de re-etnificación, resistencia y re-emergencia en periodos de corta y larga duración”, por lo tanto, que implican formas de interpelación a las identidades hegemónicas privilegiadas (como son las identidades nacionales) quienes ejercen violencia política, social, económica, simbólica sobre aquellas identidades subalternizadas que habitan el mismo territorio.
Se trata entonces de procesos que en un primer momento, mediante los recursos de memoria (larga y corta ) hace que se rescaten, re-inventen y se practiquen en un grupo ( con todas las hibridaciones en diálogo/disputa con la modernidad que ofrece cada caso) aquellos recursos que afianzan determinadas identidades y les sirven de sentido de pertenencia. Esta estrategia identitaria permite ciertas negociaciones para acceder a derechos humanos, políticos, sociales, por lo tanto también a derechos sobre las formas de administración del territorio y la justicia.
Dar cuenta de esto es importante, si consideramos que el imaginario de la nación es también un proceso construido, legitimado e instalado, que a diferencia de los anteriores, se ejerce a partir de un lugar de poder privilegiado, que opera mediante varios mecanismos de socialización, que es sostenido y reforzado por prácticas de memoria (como por ejemplo los acontecimientos y eventos cívicos) y que se corporaliza mediante el sistema educativo que le da prerrogativa a unas identidades y criminaliza, niega, invisibiliza a otras. Al mismo tiempo, las estructuras vigentes en la administración gubernamental, pensadas desde el marco de la revolución liberal y de la ilustración, contemplan códigos de relacionamiento que no están necesariamente interesados en dialogar e incorporar prácticas de los pueblos indígenas, como por ejemplo, las formas de consulta y administración de justicia, el uso del tiempo y del espacio dentro del territorio.
Por estas razones los límites en el proceso constituyente posiblemente contemplarán la falta de equidad, como ya vimos en la asignación de escaños para asambleístas y en los procesos de negociación de varios temas en los gobiernos locales. Es probable también que el sistema burocrático y de participación desconozca la pluralidad y otros saberes.
Finalmente y no menos importante, el sistema educativo que es una instancia clave para la reproducción de sentidos, posiblemente presente tensiones ya no solo frente al libre acceso si no también frente a los contenidos y las formas pedagógicas, que pueden ser marginalizadas, infantilizadas y folklorizadas, reforzando así el Estado Nación por sobre el Plurinacional. (O)