Patiño expone las causas del éxito económico de Ecuador
Cuando se escuchan -y a la vez toma nota- los discursos del canciller Ricardo Patiño siempre hay que tener presente que su alocución estará llena de digresiones. El líder de la diplomacia ecuatoriana no ha perdido esa forma de comunicarse tan particular que lo caracterizó cuando asesoraba a grupos de trabajadores.
Sus charlas siempre contienen una anécdota, un chiste, una ironía, un comentario político que puede sonrojar a alguien o aturdir a cualquiera de sus asesores, porque, según sus propias palabras: “En este Gobierno lo ‘políticamente correcto’ pasa a un segundo plano. Aquí se habla lo que se piensa y, sobre todo, lo que se cree”.
Países distintos, paraninfos diferentes, pero la misma anécdota. “Permítanme contarles algo que ocurrió cuando aún el Gobierno no estaba en el poder. Rafael Correa había ganado las elecciones y había decidido que yo asumiría la cartera de Economía (…). De pronto, funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) me pidieron una entrevista y yo les dije que aún no tenía nada que conversar con ellos porque las cosas podrían cambiar, pero ellos insistían…”, así comenzó un relato que el canciller compartió, tanto en la Universidad de Barcelona, el pasado lunes, como en la Università degli Studi Roma Tre, ayer. De acuerdo a lo narrado, en aquella cita con “los agenciosos” delegados del FMI se puso en claro la visión del aquel incipiente movimiento que en enero de 2007 asumiría las riendas del país.
En España, el diplomático prometió a los inmigrantes
que el Gobierno no los abandonaráEn aquella reunión el que sería el ministro de Economía informó a los representantes financieros que Ecuador no pagaría una “deuda externa” ilegítima y que solo cancelaría lo que considere justo. Como resultaba obvio, al menos para el ahora canciller, los miembros del FMI respondieron con un: “¿sí sabe lo que le pasará al país si es que hacen eso?”. Pausa. Para cuando Patiño llega a esta parte de la anécdota -la de la amenaza- su rostro se enciende. Es notorio el fastidio que le provoca al diplomático mencionar al FMI, hablar sobre los responsables de las “recetas” que tuvieron al país sumergido durante décadas en profunda crisis. “Cuando me dijeron esto, les dije: ‘vean señores, por esa misma puerta por donde ingresaron, salgan. Y por favor, no queremos volver a escuchar sus consejos en este país (…)’. ¿Y saben qué? Nunca más, hasta el día de hoy, han vuelto a hablar en Ecuador”. Tanto en Barcelona como en Roma los aplausos retumbaron en los paraninfos. El rubor encendió las mejillas a Patiño mientras su boca dibujaba una sonrisa de orgullo.
Escenas como estas fueron comunes durante la gira no oficial que realizó el canciller desde el pasado viernes. Madrid, Barcelona y Roma fueron las paradas. Originalmente -y entre bastidores, sobre todo entre la prensa- se tenía previsto que los recorridos sean para denunciar la campaña multimillonaria de Chevron contra el Gobierno ecuatoriano. Claro que hubo de eso, pero los discursos fueron cambiando y, más que nada, los temas por los que se apostó fueron de mayor agrado y debate para los asistentes.
Ricardo Patiño recordó la anécdota de cómo botó
a los funcionarios
del FMIAsí, Patiño tuvo un primer acto en Madrid, el viernes anterior, en el que presentó la “mano sucia de Chevron” y en donde la postura gubernamental -la de denunciar que la multinacional contaminó la Amazonía ecuatoriana- ganó adeptos entre la sociedad civil española. Incluso un grupo de pensadores y artistas españoles, liderado por el eterno Luis Eduardo Aute, manifestó su respaldo público a favor del país.
En la misma capital española, el domingo, las agendas fueron cambiando. El canciller tuvo la complicada y delicada tarea de intentar calmar a cientos de ecuatorianos angustiados por la crisis financiera en España.
Patiño dejó la diplomacia a un lado en esa ocasión y arremetió contra la banca española. “Ella es la responsable de todo esto, ella sabía hacia dónde estaba dirigiendo a sus clientes, afirmó el funcionario ecuatoriano, al tiempo de asegurarles que su país de origen está viviendo tiempos de cambio y de soberanía que llevarían a defender a los perjudicados y no a los banqueros.
Como ejemplo recordó que la Asamblea Nacional dictó una ley en la que se impedía que los bancos extranjeros puedan enajenar bienes de ecuatorianos en territorio nacional. Fue una mañana complicada, no todos los asistentes salieron tranquilos. Patiño lo supo, pero solo le quedó dejar la promesa: “No los abandonaremos”.
La mañana siguiente el público era distinto, pero no menos riguroso. Bajo los cuadros de José Marcelo Contreras y de Pedro de Calabria, Patiño hablaba sobre los ejes de la revolución ante alumnos y docentes de la Universidad de Barcelona. Imponente lugar para exponer sobre el proceso político que ya lleva seis años en el poder en Ecuador.
No resulta fácil para los funcionarios intentar comprimir en poco más de media hora seis años de gobierno. Por eso Patiño mantuvo el hilo en sus discursos. Basó el éxito de la Revolución Ciudadana en la renegociación de la deuda externa y de los contratos petroleros y el mejoramiento de la recaudación tributaria.
24 horas después el escenario se repitió. Esta vez en la capital romana. Las cifras positivas derivadas de la nueva era de soberanía nacional se lanzaron como yunques: crecimiento sostenido del PIB de entre 4 y 5% en los últimos seis años; reducción del desempleo del 14 al 8%; para 2017, el 93% de la energía provendrá de hidroeléctricas y se podrá vender energía.
En la charla magistral en la Università degli Studi Roma Tre repite la anécdota del FMI y vuelve a hablar con fastidio sobre el FMI e, inclusive, sobre ciertos comportamientos colonialistas en la era de Barack Obama.
Su charla magistral cierra con una invitación a los italianos, a los europeos y al mundo entero a voltear y ver a una nación que emerge con nuevas políticas y que vive un proceso de transformación.
El canciller Patiño dejó la entidad educativa en Roma para encaminarse al aeropuerto. Dos horas después aterrizará en París. En las próximas horas será el turno de Rafael Correa de liderar la comitiva que viaja por Europa.
CORREA DENUNCIA INJUSTICIAS
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, atacó ayer en Francia “el orden mundial injusto e inmoral”, pidió “situar al ser humano por encima del capital” y aseguró que la actual crisis económica se solucionará “cuando las personas retomen el control de los mercados”.
Durante una conferencia en la Universidad de Sciences Po, de Poitiers, en el centro de Francia, Correa defendió los avances de su Gobierno y rechazó las acusaciones recibidas desde sectores “neocoloniales”.
En vísperas del inicio de su visita oficial a Francia, el Presidente ecuatoriano criticó duramente a los organismos internacionales, que acusó de estar al servicio de intereses económicos muy concretos.
También se refirió a los casos de civiles asesinados por aviones no pilotados de Estados Unidos y al espionaje de ese país desvelado por Edward Snowden, exanalista de la CIA. “Si lo hubiera hecho Ecuador, ya estaríamos denunciados ante el Tribunal de La Haya”, dijo Correa.
El Presidente se mostró muy crítico con organizaciones internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Consideró “aberrante” que tenga su sede en Estados Unidos, un país que no ratificó el convenio que la sustenta y, además, calificó de “neocolonialista” que sea ese país el principal suministrador de fondos a ese organismo. “Ahora que nuestros países están dirigidos por gobiernos de gran legitimidad, son peor tratados que los regímenes dictatoriales de antes”.
También criticó que la Organización de Estados Americanos (OEA) tenga su sede en Estados Unidos, “el país del bloqueo criminal contra Cuba, que va contra la carta fundacional de esa organización”.
A la OEA le reprochó, además, que sea incapaz de adoptar una postura común sobre las islas Malvinas, “que no son solo argentinas, son latinoamericanas”. “El mundo no lo rige la justicia, lo rige la conveniencia del más fuerte”, señaló Correa.
Sobre la crisis europea, el gobernante ecuatoriano indicó que “América Latina es especialista en crisis porque las ha sufrido todas” y consideró que se debe a la falta de control de los mercados financieros.
Censuró las medidas que se presentan como técnicas, pero que en realidad están destinadas a sostener un modelo económico determinado, el neocapitalismo.
El Jefe de Estado está en Francia para firmar acuerdos de cooperación. (EFE)