Héroes del Cenepa ahora tienen otras guerras que luchar
Justo Olmedo y Patricio González son excombatientes de la Guerra del Cenepa y ambos perdieron una de sus piernas el 10 de febrero de 1995, en campos minados. Cada uno en distintas operaciones.
En sus relatos recuerdan cómo fueron abandonados, dados por muertos y luego rescatados. Ellos fueron abandonados en la selva para no retrasar al pelotón que ingresó a atacar territorio peruano.
Olmedo patrullaba la selva cuando un helicóptero peruano les tiró gas y dio aviso a los soldados peruanos, en tierra, que los atacaran. Él era líder del pelotón y tenía que ir adelante, sin darse cuenta pisó una mina y perdió parte de su pierna izquierda.
Entonces les dijo a sus compañeros que avancen mientras se hizo un torniquete y se refugió en un árbol caído con su lanzagranadas en el pecho, en caso de que lleguen a atacarlo. Poco después lo recogieron.
“Me cargaron amarrado a la espalda con una tela como llevan los indígenas a los bebes. Entre cuatro compañeros se turnaron hasta llegar al punto”.
González, en cambio, sobrevivió junto a otro combatiente a un bombardeo. Estuvo escondido en la selva, durante dos días, escuchando las noticias peruanas en un pequeño radio que anunciaba que ellos habían ganado la guerra. “Fue una guerra psicológica porque mentalmente nos afectaba sin saber nada de Ecuador”.
Detalló que un soldado ecuatoriano llegó a buscar sus cadáveres y los halló con vida. Los llevó a Tiwintza para estabilizarlos. Posteriormente le asignaron la tarea de llevar equipos de comunicación a su grupo, el cual había avanzado a territorio peruano a tomar otra base.
“Estaba a menos de 20 metros y tardaron en reconocerme porque me creían muerto, en eso no me doy cuenta y piso una mina; cuando desperté ya no tenía nada y me sentí mal”.
Asimismo, fue cargado por otro soldado quien tuvo que terminar de cortar parte de su pierna derecha, pues la maleza lo lastimaba mientras lo cargaba y no podía hacer bulla para no caer en una emboscada.
Una vez dados los primeros auxilios, se los alistó para transportarlos en helicóptero a casas de salud. Mientras eso sucedía, dos aviones peruanos fueron derribados y continuaba el ataque a su alrededor.
Hoy son héroes del Cenepa y ayudan a la ciudadanía en áreas muy ajenas a la vida militar. (I)