El alcalde se reunió con los líderes estudiantiles por media hora en el salón de la ciudad
Estudiantes vinculados al desaparecido MPD respaldan la consulta de Nebot (Galería)
El salón de la ciudad en Guayaquil luce lleno. Todas las bancas están ocupadas y las puertas se abren totalmente. Son dos y casi siempre una de ellas permanece cerrada. La entrada es custodiada por dos policías metropolitanos.
El ingreso es angosto y se produce un atolladero. Una adolescente alza la cabeza mientras camina lentamente. Fija su mirada en el techo y en las esculturas que adornan el salón. “¡Qué bonito ha sido esto!”, exclama sorprendida.
Abajo otros dos policías demoran aún más la entrada. Tratan de revisar todos los bolsos que pueden, pero son demasiados y muchos entran sin enseñar sus pertenencias. “Sáquese la gorra”, dice arriba un uniformado a un estudiante.
En las afueras del Cabildo una funcionaria habla con adolescentes. “Los jóvenes deben pelear por sus derechos”, dice en una improvisada ronda. “La reunión de hoy es una invitación que tienen, un espacio. El mensaje es que estamos con las puertas abiertas”, dice al pequeño grupo. La exposición es interrumpida con la invitación a ingresar.
Así empieza la reunión entre el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, y los estudiantes secundarios y universitarios. La cita tiene como fin tratar el alza del pasaje del transporte urbano en la ciudad.
El burgomaestre se sienta en el sillón de Olmedo. Junto a él, de lado derecho, se ubica Javier Rojas, presidente nacional de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE). Rojas también es secretario general del Frente Revolucionario de Izquierda Universitaria, al que se vincula con el MPD.
Del otro lado, el concejal socialcristiano Manuel Samaniego, quien fue en el pasado coordinador nacional de la misma entidad. Más allá estaba Daniel Cuéllar, presidente del Movimiento Independiente Universitario, expresidente de la FEUE Guayas, excandidato a asambleísta por Madera de Guerrero, y quien en 2010 tuvo apoyo del MPD en la universidad.
En las sillas están los adolescentes de la iglesia Palacio del Rey, invitados por la coordinadora de Juventudes y exconcejal, Gina Galeano. “Ella siempre nos ayuda”, manifiesta una joven.
Rojas abre las intervenciones. Rechaza totalmente cualquier posibilidad del alza de los pasajes. Pide que se respete la media tarifa y un expreso especial para los jóvenes que salen de los colegios y universidades. “Si este tema llega a consulta esta debe empezar en los colegios y universidades”, asevera.
Es un preámbulo para Romel Carriel, presidente de la Nación de Estudiantes. Habla unos segundos pero dice algo contundente: “Estamos dispuestos a recoger firmas y no más impuestos”.
Eso ya lo había dicho Cuéllar antes del encuentro: “los estudiantes están prestos a ofrecer su contingente para convocar a una consulta sobre el tema de los pasajes”. ¿Eso quiere decir, entonces, que Nebot ya asumió la competencia? “Sí... pero no, cuando ya la tenga con los recursos del Gobierno”, asegura.
“Bienvenidos, esta es su casa. Los recibo con gusto”, afirma el compañero alcalde.
El burgomaestre repasa nuevamente sus argumentos. Lee todas las leyes en las que se fundamenta para no ocuparse del tránsito: la falta de recursos y de una fijación de tarifas.
Desde la visión del Municipio, la discusión gira en torno a quién debe financiar el subsidio y ya no sobre la legalidad del traspaso de la competencia del tránsito. Nebot quiere preguntar a los guayaquileños “si los recursos para obras públicas, como la regeneración y las tablets, deben ir a los transportistas”.
Es algo que Samaniego también adelanta. Que el asunto esencial es quién subsidia el pasaje de transporte urbano. Desde el Cabildo consideran que debe ser el Gobierno central. Sobre la consulta explica que “dialogaremos con el pueblo mediante la iniciativa popular donde estén integrados todos”. “La opinión del pueblo es más que la del Presidente o la del alcalde”, insiste.
¿Y sobre el pedido de la FEUE? Nebot aclara que la media tarifa siempre se ha respetado en la metrovía. De paso explica que ese sistema se crea en condiciones que hacen respetar la tarifa de $ 0.25, pero que el pasaje lo fija el Gobierno.
Por eso promete que cuando asuma el tránsito velará por el respeto al medio pasaje en todos los buses. En cuanto al expreso le parece una buena idea, pero quiere que los estudiantes se comprometan a que los articulados siempre estén llenos. Y al final asegura que “jamás me voy a prestar para ver solo una cara de la moneda, a los transportistas, para subir las tarifas, y perjudicar a las clases populares”. Entonces el auditorio hierve. “Nebot, amigo la U está contigo”, gritan los asistentes. Nebot se levanta, atraviesa la sala y entra a su oficina, pocos pasos más adelante.La reunión, de tan solo media hora, ha terminado.