César Montúfar, PhD en Ciencias Políticas, docente de la Universidad Andina
“El fiscal Carlos Baca ha hecho lo que debía”
Está en su oficina de la Universidad Andina, abarrotada de libros. Sobre su mesa de trabajo reposa su última publicación: El argumento correísta. César Montúfar fue el acusador particular contra el vicepresidente Jorge Glas en el caso de corrupción de Odebrecht. El docente universitario conversó con EL TELÉGRAFO sobre el proceso penal y la sentencia a seis años de prisión para el Segundo Mandatario.
¿Usted cree que esto es un paso histórico?
Es un hecho histórico y una señal positiva. Pero es solo el inicio. Evidentemente, la trama de corrupción que se construyó no está reflejada en este juicio, que es pequeño y por un delito menor que tiene una pena de seis años. Creo que es importante y es una sentencia histórica que abre un camino enorme y un trabajo institucional de la Fiscalía, de la Procuraduría y de la Contraloría. Hay otros procesos y temas porque en los sectores estratégicos la corrupción no se agota en el caso Odebrecht. Está el tema de las eléctricas, el de las empresas chinas, el de la venta anticipada de petróleo, el de la infraestructura y el de las telecomunicaciones.
¿Por qué presentó la acusación particular contra el Vicepresidente de la República?
Porque no creía en la Fiscalía. Pero desde que se inició la instrucción hasta el alegato final del juicio, el Fiscal y la Fiscalía hicieron lo que debían. No puedo decir qué pasará en el futuro. Ni cuáles serán los procesos, pero es imperativo vincular a la investigación al expresidente Rafael Correa. Creo que no podría decir que hay una transformación, pero vi un trabajo como debía ser hecho para que se llegue a pedir la máxima pena y una reparación simbólica para el Estado.
La oposición tenía dudas sobre el fiscal Carlos Baca, por su cercanía al expresidente Rafael Correa. ¿Cómo mira su actuación en este proceso?
El Fiscal ha hecho lo que debía. Su acusación fue sólida y contundente. El trabajo de la Fiscalía estuvo muy bien hecho en la preparación de las pruebas. Eso demuestra el profesionalismo que existe en la institución y es muy importante para el país. Si las instituciones funcionan podremos salir de este pozo de corrupción en el que estamos inmersos. También si existe una Fiscalía con personal de carrera, con funcionarios preparados y puestos la camiseta del país y de la institución que estén dispuestos a trabajar para tener investigaciones fiscales que conduzcan a que los responsables paguen por los delitos.
Pero Franco Loor dijo que ni la Fiscalía ni usted, como acusador particular, probaron que el Segundo Mandatario está vinculado al caso de corrupción de Odebrecht.
Ese ha sido el eslogan de publicidad y la estrategia de propaganda que ha usado la defensa de Jorge Glas. Quisieron imitar lo que hizo Correa, es decir, repetir una frase mil veces para que pareciera verdad. Pero, la realidad, es que en el juicio y en su expediente, de casi 50 mil fojas, casi 500 cuerpos, no solo existen pruebas testimoniales, periciales y documentales que prueban esa asociación ilícita, sino que además hay pruebas para iniciar otros procesos, otros juicios. La Fiscalía ha abierto nueve procesos que se derivan de este juicio y están los delitos, según el artículo 626 del Código Integral Penal (COIP), que han sido comprobados: cohecho, tráfico de influencias, lavado de activos, concusión, defraudación tributaria, captación ilegal de dinero. La Fiscalía podrá iniciar investigaciones de manera rápida y pasar a la etapa de instrucción fiscal y del juicio.
Usted estuvo durante todo el proceso legal, ¿cómo se probó que el Vicepresidente participó en este caso de corrupción?
Hay un nivel que no sabemos y que es el geopolítico donde están Lula y los distintos gobiernos con los que Brasil tuvo una relación política exterior. Están las empresas brasileñas, Rafael Correa y Jorge Glas. Esto está en el ámbito internacional y todavía no se ha abierto. Para entender esta trama de corrupción hay que incluir esta dimensión geopolítica que no está explorada. En esa verdad procesal, Glas tiene una posición de dominio. Él es la cabeza de lo que podríamos llamar un grupo delincuencial y criminal que se tomó una parte del Estado.
En este grupo había funcionarios públicos, de jerarquías inferiores, empresas privadas ecuatorianas, empresas transnacionales, como Odebrecht, y bufetes de abogados. El papel de Glas fue tomar las decisiones estratégicas que posibilitaron facilitar el regreso de Odebrecht a Ecuador. Esto se hizo a partir de un peaje que cobró su tío, Ricardo Rivera, de 2 millones de dólares, según las declaraciones de Santos. Según él, Glas dio un paraguas de protección política a la constructora brasileña.
¿Qué papel jugó el tío del Vicepresidente?
Rivera es el operador a la sombra de Glas, posiblemente no es el único. En los emails que entregó Alfredo Alcívar, excolaborador de Rivera, hay 120 correos de intercambio entre el Vicepresidente y su tío. Él fue su intermediario, no se explica por qué sin tener ningún cargo público recibió 13 millones de dólares. Tenía 6 celulares y 9 números de teléfono, cada uno con un seudónimo: XX1, vidrio, JG, por ejemplo. Si eso no es una evidencia de la relación que tenían Glas y su tío, de qué estamos hablando.
¿Por qué se expulsa a Odebrecht por incumplimiento, pero luego de dos años el gobierno nuevamente permite su regreso?
Glas lideró la expulsión de la empresa brasileña y tomó las decisiones estratégicas.
La primera fue promover el retorno de esa compañía y eso es incompresible. En su testimonio develó, de una manera impresionante, que se metió en el túnel de carga de la hidroeléctrica San Francisco, caminó 7 km y encontró hasta carretillas. ¿Cómo puede ser posible que él promueva el regreso de Odebrecht después de pedir su expulsión y de constatar que el trabajo de esa empresa no fue bueno? Glas fue a la Presidencia, habló con Correa y le dijo que Odebrecht quería regresar y llegar un acuerdo.
El Vicepresidente, además, tomó la decisión principal para el financiamiento de esos proyectos. Él dijo que debían ser financiados con el Banco de Desarrollo de Brasil. En ese momento decidió que esos proyectos fueran ejecutados por empresas brasileñas. El origen de ese financiamiento arrastra todas las decisiones que se tomaron en otros niveles del Estado para definir a esos proyectos como prioritarios y emblemáticos. Eso hizo que los ministerios comenzaran a mover el engranaje gubernamental para llevarlos a cabo.
¿Esa decisión del Segundo Mandatario fue gratuita?
No, para eso ya hubo un pago de sobornos. Odebrechet le pagó al tío de Glas.
Además, le dio la promesa de que le entregarían del 1% al 1,3% de todos los contratos que ganaran.
Con eso se echa andar esta rueda y otros actores de esta asociación ilícita se acercan a Odebrecht; esa empresa tiene las bases de los concursos de contratación, que son elaborados y corregidos por esa misma compañía.
Allí Odebrecht establece las condiciones para que las otras empresas no puedan cumplir ni ganar los contratos. Por ejemplo, los años de experiencia o los requerimientos técnicos para construir esas obras.
José Santos menciona que él redactaba las cartas que Jorge Glas firmaba para pedir financiamiento a las instituciones de crédito brasileñas. Glas, primero, recibe la coima, después determina que las empresas brasileñas construirán las obras.
Santos recibe los pliegos de las contrataciones y establece la posibilidad de reajustar los precios de esas obras. Odebrecht gana todos los concursos porque tiene los mejores precios y ofertas.
¿Se puede evaluar el sobreprecio que tuvieron esas obras?
A lo largo de la ejecución de esos proyectos hay un incremento considerable de precios en esas obras. Hay un estudio de Plan V que determina que en los 5 proyectos de Odebrecht la diferencia entre el valor del contrato y el precio final supera los $ 800 millones. Alexis Mera dio pistas importantes, dijo que Glas, en su calidad de Ministro y de Vicepresidente, lideraba los sectores estratégicos, es decir, los grandes negocios del Estado: electricidad, minería, telecomunicaciones, petróleo. Todo eso estaba disperso y lo agruparon en un solo sector y lo encargaron a una sola persona que tiene el poder y autoridad presidencial para controlar, supervisar, gestionar y coordinar. Esa misma persona, además, lidera el financiamiento internacional, que es la base de todo este engranaje.
¿El financiamiento de esa obra fue el motor en este caso de corrupción?
El financiamiento es la mecha que enciende todo el motor. Por lo tanto, la asociación ilícita implica la constitución de un grupo criminal que se tomó una parte denominada los sectores estratégicos.
El Decreto 15 de Correa le encarga a Glas todos estos sectores. Esa es la pieza emblemática que muestra cómo se organizó el Estado, cómo se configuró la administración pública en función de este grupo criminal que no solo actuó en este caso, sino en todos los sectores estratégicos.
¿Por qué es necesario vincular al expresidente Rafael Correa en este caso?
Presenté una denuncia y pedí a la Fiscalía que vinculase a la investigación a Rafael Correa. Un servidor público no es solo responsable política, civil y penalmente por todo lo que hace, sino por lo que deja de hacer.