El banco de ideas cuenta con 2.800 proyectos y se evalúan 700
El ‘capital semilla’ para los emprendedores será de hasta $ 50.000
Un aparato para secar granos, que permite optimizar el 30% de la productividad agrícola, consta entre los proyectos más atractivos que la Senescyt podría financiar para que se convierta en un producto innovador en el mercado.
Este prototipo fue presentado por estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional y permite secar granos como el café, de una forma higiénica, dejando de lado la forma rústica del secado al aire libre, ahorrando tiempo e impactando en la economía de un proceso productivo.
El director de Transferencia Tecnológica de la Senescyt, Andrés De la Vega, señaló que el objetivo es que Ecuador transite de una economía primaria exportadora, del petróleo y de otros productos como las flores y el banano, a una economía del conocimiento para producir bienes y servicios, tecnología y productos diferentes que tengan algo más de lo que se extrae de la tierra.
De la Vega mencionó como ejemplo otra propuesta de un grupo de estudiantes de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol): generar plástico a partir de la cáscara del camarón.
Con propuestas como esa, el funcionario que cuenta con un Masterado en Estudios Políticos Aplicados del Instituto Ortega de Madrid, considera que “vamos a dejar de comprar de afuera tantas cosas, a producir cosas nuevas y a generar nuevos empleos”.
En el corto plazo se concretará una forma inteligente y ágil de gestionar los proyectos de innovación. “Queremos que las universidades cambien su chip, que empiecen a generar espacios para que se apoyen las buenas ideas”.
Un ejemplo es la idea de una joven que creó una aplicación para celular que conecta al teléfono con el timbre de la casa, de tal manera que una persona pueda contestar el citófono si está en otro lado.
Para ello, según el director de Transferencia Tecnológica, es necesario hacer un análisis de mercado y saber si será un producto demandado por la gente y luego realizar un análisis técnico a través de un prototipo o ensayo.
La intención de las autoridades es que las propuestas tengan un espacio como el inaugurado ayer en la Ciudad del Conocimiento, Yachay: Innópolis.
Se trata de un Centro de Emprendimiento e Innovación que cuenta con un servicio especializado para que las ideas terminen siendo bienes y servicios para el país.
Otra de las metas a corto plazo es crear instrumentos financieros para fomentar la innovación. “Estamos creando líneas de financiamiento para apoyar la innovación y una de esas es el capital semilla”, dijo.
Este año por primera vez se entregará un capital de hasta 50.000 dólares a los buenos proyectos que han sido subidos a la plataforma web del Banco de Ideas.
En el portal, creado especialmente para los proyectos de innovación, ya han sido colgadas 2.800 ideas y desde la segunda semana de diciembre de 2014 la Senescyt está evaluando a 700 que entregaron toda la información requerida, para que en abril reciban el dinero del financiamiento. “Esto antes era impensable en Ecuador. Lo que antes uno tenía que hacer es matar la idea y buscar trabajo, pero cuando tienes este tipo de instrumento te vas a dedicar a la idea”, indicó De la Vega.
Dentro de los parámetros considerados para que sea una buena idea se toma en cuenta la utilidad, luego de hacer una factibilidad de mercado, una financiera y otra técnica.
Además será remitida a un espacio de innovación como el de Yachay o el de una Universidad de investigación para que ese dinero no sea invertido solo por el creador de la idea.
El 2015 ha sido considerado como el año de la innovación y la creatividad, y como tal Innópolis se perfila como el espacio para hacer florecer estas ideas.
La Feria Innópolis, que alberga varios puestos con inventos y dispositivos creados localmente, se efectuará cada año. “Queremos hacer un encuentro que inspire a los emprendedores, aunque ellos no fueron los únicos invitados sino también empresarios para que compartan su experiencia, al igual que los académicos e investigadores”, agregó el funcionario.
Para De la Vega “la única forma de hacer que este país camine hacia una economía del conocimiento es que la universidad, el Gobierno, la empresa y la sociedad estén juntas trabajando hacia un mismo horizonte”. Al final de este año se espera tener una red de incubadoras de conocimiento, así como contar con otros proyectos incubados en empresas.
Innópolis tiene su símil en Corea del Sur, donde fue creado un espacio para emprendedores en 1973. Con un presupuesto inicial de $ 1.000 millones, el proyecto tuvo sus opositores, pero luego dio sus frutos: más de 1.000 empresas investigando, 7.661 PhD y 40.000 patentes desarrolladas a partir de inventos propios.