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Los analistas que participaron en el encuentro coinciden en que el 30-s fue una lección para la derecha golpista

“Antes solo teníamos a la OEA, que miraba a otro lado cuando se daban golpes de Estado”

Las personas que acudieron a la Casa de la Cultura por el ELAP recordaron a las víctimas del 30-S. Foto: Miguel Jiménez/El Telégrafo
Las personas que acudieron a la Casa de la Cultura por el ELAP recordaron a las víctimas del 30-S. Foto: Miguel Jiménez/El Telégrafo
01 de octubre de 2015 - 00:00 - Redacción Política

La ovación duró más de 30 segundos en honor a las víctimas que murieron durante los hechos del 30 de septiembre de 2010. Ayer, los participantes del IIEncuentro Latinoamericano Progresista 2015 (ELAP), reunidos en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, se pararon y aplaudieron para recordar a los fallecidos ese día: el estudiante universitario Juan Pablo Bolaños, los soldados Darwin Panchi y Jacinto Cortés, y los policías Froilán Jiménez y Edwin Calderón.

El evento finalizó con la intervención del presidente de la República, Rafael Correa, quien rindió un homenaje a las víctimas. En su discurso, el Primer Mandatario manifestó: “Hoy, con tristeza, pero con esperanza, recordamos cómo hace cinco años la democracia del Ecuador fue puesta a prueba”.

De igual forma hizo referencia a temas como las leyes de Herencias y Plusvalía. “La verdadera democracia es la igualdad de oportunidades y derechos para todos”, afirmó, y cuestionó las protestas realizadas por grupos opositores: “aquellos de luto, podrán vestir de luto eterno, porque el pasado no volverá”.

Para él, estas leyes son “las cosas más coherentes que hemos hecho porque no solo hay que distribuir el ingreso, sino la riqueza también”.

Recordó que en el gobierno de la Revolución Ciudadana hay “gente buena, haciendo cosas para las grandes mayorías”.

El Primer Mandatario también cuestionó a la oposición que organiza marchas de protesta y que busca pretextos para desestabilizar al Gobierno. “No cree en la democracia; felizmente está fragmentada”, indicó.

Correa sostuvo además que la pobreza socioeconómica, en una región con 178 millones de pobres –la más inequitativa del mundo- solo se cambiará desde el poder, reformando las estructuras injustas “que siempre han acompañado a nuestra América”.

“Mucho se ha conseguido en estos años porque hay una izquierda que se animó a tomar el poder y dejar de lado las conversaciones de café sobre la revolución inmaculada”, dijo.

Luego del discurso del Jefe de Estado ecuatoriano, los organizadores del encuentro anunciaron que se suscribió una declaración con las resoluciones adoptadas durante los días que duró el evento.

Estas servirán como hoja de ruta para los encuentros que se realicen en los próximos años. Los puntos más relevantes que se trataron en la cita y que se incluyen en las resoluciones son los siguientes:

- El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU.
- Apoyar las negociaciones entre Colombia y Venezuela tras la crisis en la frontera de esos países.
- Las elecciones generales en Argentina y Nicaragua.
- Frenar los intentos desestabilizadores en Ecuador, Brasil, El Salvador y Venezuela.
- Apoyar el proceso constituyente en Chile y rechazar la crisis política en Guatemala.
- Fomentar mecanismos para que América Latina deje de ser una de las regiones más inequitativas.
- Continuar con los encuentros latinoamericanos progresistas a futuro como un espacio de debate.
- Rechazar actos de desestabilización en contra del Gobierno de Ecuador y la violencia.
- Fortalecer la participación de jóvenes, mujeres e indígenas en los movimientos y partidos a través de nuevos espacios de participación.
- Cierre de la base de Guantánamo.
- Apoyo a la Argentina en el tema de las Islas Malvinas.
- Rechazar la impunidad en la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela de magisterio Normal Rural de Ayotzinapa (Iguala - México).

Mesa de trabajo

Durante la jornada se realizó también la mesa de trabajo denominada ‘Internacionalismo: América Latina solidaria con los pueblos en conflicto’, en la que participaron analistas de Argentina, Cuba, Kurdistán y Palestina y que tuvo al asambleísta Diego Vintimilla (Alianza PAIS) como moderador.

Al final de sus exposiciones, ellos coincidieron en que tras el 30-S hay un legado positivo para la región. “Queda la herencia del presidente Rafael Correa, de que los líderes no deben dejarse amedrentar ni siquiera por los golpistas, fascistas o el dinero que tenga la embajada de Estados Unidos”, expresó la diputada cubana Kenia Serrano.

Para el secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, el argentino Daniel Filmus, los gobiernos de izquierda deben estar alerta para evitar hechos como este, pese a que se han dado avances importantes. “Hemos desarrollado una institucionalidad que antes no existía. Antes teníamos solo a la OEA para las naciones de la región y lo que sucedía era que esa entidad miraba a otro lado cuando se daban golpes de Estado”.

Para el funcionario, la presencia de Unasur, Celac y Alba marcan una agenda soberana y cláusulas democráticas para evitar hechos como los que ocurrieron durante la insubordinación policial. (I)

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