El 'Tanque' almacenó muy bien sus ahorros
Eduardo Hurtado Roa (Esmeraldas, 1969) tuvo un largo paso por el mundo del fútbol. Sus cicatrices en las piernas y su amplia trayectoria -jugó en 21 equipos- lo delatan. “Fueron 22 años de arduo sacrificio”, cuenta el 'Tanque', uno de los delanteros más letales del balompié ecuatoriano en las dos últimas décadas.
Pero ¿a qué se dedicó Hurtado después de su retiro en 2010? El exfutbolista profesional cuenta lo bueno y lo malo que le dejó su experiencia deportiva.
El goleador 'tricolor' no estuvo solo en su trajinar por ocho países (dos europeos y seis de Latinoamérica). Su esposa Celina Trejo de Hurtado lo acompañó desde que salió de su natal Esmeraldas, allá por el año 1991.
Abandonó el Centro Juvenil Deportivo Esmeraldas, de la segunda categoría, para jugar en el Valdez, equipo de la ciudad de Milagro que militaba en primera división.
El 'Tanque', que es parte de esa generación exitosa del fútbol ecuatoriano en la que sobresalieron figuras como Álex Darío Aguinaga, Ulises De La Cruz, Alfonso Obregón, Jacinto Espinoza, Ángel 'Chuchillo' Fernández y muchos otros, empezó desde abajo a forjar una carrera exitosa que terminó dándole una buena posición económica gracias al sentido del ahorro que le inculcaron sus padres.
Fue una generación de la que -como él dice- aprendió de los errores que cometieron sus compañeros en años anteriores. “La diferencia es que supimos ahorrar”.
En lo personal a Hurtado le va bien. Cuenta que vive una vida “mucho más alegre, calmada y tranquila” tras su retiro en 2010.
Hace ya casi 6 años que el 'Tanque' colgó los botines. El último plantel para el que jugó fue el Patria, equipo de segunda categoría del Guayas, y lo hizo para complacer a su hijo menor Iam, quien no había tenido la posibilidad de verlo jugar como sí lo hicieron sus hermanos Erick y Priscila.
Ese retorno a las canchas le sirvió de pretexto para hacer después su retiro oficial ante los medios.
Pero no estaba improvisando, ya tenía todo previsto para empezar una vida alejada del fútbol. Para ello había planificado junto a su esposa en qué negocios iban a incursionar.
El exatacante guardó dinero desde que estuvo jugando en el Saint Gallen de Suiza. Tras tener presente que del fútbol no iba a vivir toda la vida, junto a su esposa tomó la decisión de invertir en bienes (casas y departamentos) en Guayaquil y Esmeraldas. Además -explica- había ahorrado dinero de sueldos, premios y bonificaciones obtenidos de equipos con los que quedaba campeón o clasificaba a un torneo internacional. “No me puedo quejar, siempre lo he dicho: afortunadamente mis padres me enseñaron a ahorrar y esa costumbre la siguió mi esposa. Gracias a ella tenemos lo que tenemos”.
Hurtado confiesa que no solo vive del alquiler de sus bienes. El exdelantero de 46 años y 1,88 metros de altura, lleva tres años colaborando con el proyecto de la Prefectura del Guayas que ha distribuido escuelas de fútbol por toda la provincia. En esta masificación no solo está el 'Tanque', sino también otros 40 exjugadores profesionales.
Pero no todo es trabajo. Se da sus gustos, vive bien y tiene tiempo para compartir con sus seres queridos. Aunque, confiesa, no ha sido fácil todo lo que ha conseguido. Es perseverante y repite, como deseando que la actual generación de deportistas lo escuche, que no despilfarró sus ahorros y que por eso no está padeciendo como otros exfutbolistas que conoce.
Incluso, tan orgulloso está Hurtado de lo que tiene que no se avergüenza al decir que se transporta en bus o metrovía cada vez que tiene que salir a realizar sus trámites.“Tengo la oportunidad de agarrar un bus para evitar sacar el carro. El hecho de subirme al transporte público me ha dado la oportunidad de conocer personas que no conocía cuando era futbolista”.
De entre sus anécdotas en el diario vivir relata que a veces se sube al bus y hay choferes que no le cobran los 25 centavos porque lo conocen. Expresa que eso tampoco le avergüenza.
Pero la pasa mucho mejor cuando viaja a Daule o Matilde Ester, cantones de la provincia del Guayas, lugares a los que se traslada para dar clases en las escuelas de la Prefectura. En sus tantos trayectos -cuenta- hay quienes lo reconocen y quienes fruncen las cejas. Sin embargo, con los que intercambia palabras se da tiempo para hablar del fútbol de antes, del moderno y a veces hasta temas políticos.
En esta última rama el 'Tanque' se está preparando para algún día ocupar un cargo que le permita seguir ayudando a la sociedad. “Mi esposa, que es mi mánager, está gestionando eso para llegar a un lugar donde podamos seguir ayudando a la sociedad; algo que hago ahora pero con mi experiencia deportiva”.
Su esposa lo es todo
Su esposa lo es todo
Celina Trejo ha sido un pilar fundamental en la vida de Hurtado. Ella confiesa que nunca se imaginó estar casada con un futbolista y que ahora se siente orgullosa de la persona que es. “Cuando comenzamos de novios en Esmeraldas, Eduardo jugaba, pero cuando fue llamado por Valdez sentí que se le venían grandes cosas en su carrera y no me equivoqué”.
Celina lloró, sufrió y aguantó muchas cosas en todos los países donde jugó el 'Tanque'. Recuerda tanto su primera experiencia cuando viajaba con frecuencia a Milagro para verlo jugar con Valdez. Y ni qué se diga cuando le tocó salir del país por primera vez. Suiza fue su pasaporte hacia un mundo lleno de éxitos. También estuvo en Estados Unidos, Colombia, México, Chile, Colombia, Escocia y otros.
“Pasamos momentos duros; yo me veía lejos de mi país, de mis padres y rodeado de personas que no hablaban español”, relata la señora de Hurtado. Confiesa además que de tanto haber visto jugar a su esposo a ella solo le faltó meterse a las canchas a entrenar con él, ya que nunca se separaron.
Esa química entre ambos les hizo reconocer que el futuro de un futbolista era corto y que luego de su retiro debían tener algo con qué sobrevivir. Y así fue como formaron su pequeño 'imperio' en bienes y raíces.
“Siempre pensamos en el futuro de nosotros y de nuestros hijos”, expresa Celina, quien vive uno de los mejores momentos de su vida al lado de sus seres queridos. “Cuando Eduardo era futbolista activo no lo tenía siempre; ahora lo tengo todos los días”.
Entre sus quehaceres del hogar dice que comparte la cocina con su esposo, a quien "le quedan muy ricos" los platos típicos de su natal Esmeraldas. “No solo cocino, también limpio el hogar, todo mientras escuchamos una rica salsa”, agrega el 'Tanque'.
Su etapa estudiantil
Su etapa estudiantil
Sobre su vida de estudiante, Eduardo Hurtado confiesa que no fue uno de los mejores alumnos. Eso lo corroboró Antonio Estupiñán, su amigo de infancia con quien se graduó de Licenciado en Ciencias de la Educación, en el colegio Luis Vargas Torres, de Esmeraldas.
“A él le gustaba mucho la pelota. Se las ingeniaba para jugar y lo bueno es que los profesores le daban la apertura para que lo hiciera; creo que eso le fue de mucha ayuda para poder terminar sus estudios antes de dedicarse de lleno al fútbol”, acota Estupiñán, quien se reúne con el 'Tanque' cada vez que él viaja a su tierra para visitar a sus padres y hermanos.
Otro que recuerda bien aquellos años cuando Hurtado se “comía los libros”, es su profesor Ernesto Valencia. Él, conociendo sus aptitudes, le brindaba apertura cada vez que le tocaba entrenar. Así fue que vieron el tanto del 'Tanque' en el Centro Deportivo Juvenil de Esmeraldas, el primer equipo en el que jugó antes de ir al Valdez.
Valencia recuerda que Hurtado tenía un talento nato que impresionaba a los demás y “eso sin olvidar que por su corpulencia y estatura hacía ver mal a los defensas rivales”.
Una vida como cualquier ciudadano
Una vida como cualquier ciudadano
El hecho de tener más tiempo para hacer sus cosas le hace ver la vida de otra manera a Eduardo Hurtado. “No me gusta abusar de mi popularidad”, acota. Lo dice porque quienes lo conocen en los lugares donde debe hacer trámites le quieren ceder su puesto.
“En el banco me topo a veces con personas que me reconocen y quieren cederme su puesto en la fila, pero yo les agradezco y termino haciendo cola como los demás”, expresa el exatacante de la selección ecuatoriana que asegura haber contratado, en su tiempo de futbolista activo, a una persona para que le hiciera trámites personales.
Hurtado manifiesta que tras su retiro del profesionalismo le dedica mucho más tiempo no solo a sus hijos y esposa, sino también a sus padres, hermanos y amigos, tratando de recuperar el tiempo perdido por haber estado en las concentraciones con sus clubes.
“Recuerdo que por mi trabajo, cuando estaba en México, no pude estar en un momento muy difícil de mi madre. Ella estaba delicada de salud. Sin embargo, hoy en día la tengo a mi lado y me siento contento por eso”.
De lo único que se arrepiente el 'Tanque' es de no haber podido obtener una residencia o ciudadanía en el extranjero. No pudo legalizar sus documentos y lo más cerca que estuvo de ser residente estadounidense fue cuando en 1998 dejó el MetroStar para vincularse a Liga de Quito.
“Recuerdo que estaba haciendo las gestiones para obtener la residencia, pero a pedido del cuadro 'albo' me vine al país y dejé esos trámites a medias”, acota un pesaroso 'Tanque'.
Hurtado espera que esa haya sido su última “tarea pendiente”, porque considera que está trabajando duro para conseguir un objetivo más en su vida. Desea llegar a ocupar un puesto en la política y hacer labor social para ayudar a los más necesitados. Para eso se está preparando y no lo está haciendo solo, lo hace junto a la persona que mejor lo comprende y es su complemento: su esposa. (I)