El nuevo escenario demográfico, donde cada día la población envejece, plantea nuevos desafíos a la sociedad y, por supuesto, al mercado que podrá ver en este grupo etario un importante nicho para ofrecer bienes y servicios especializados para las personas mayores. En los últimos años hemos visto cómo algunas empresas han comenzado a fijar su interés en este grupo etario y ofrecen productos alimenticios, de higiene e incluso tecnológicos adecuados a las personas mayores. Del mismo modo, se han comenzado a masificar viviendas diseñadas especialmente para personas mayores.

Lugares en los que solo viven mayores de 60 años y que reciben atención especializada en cuanto a salud, recreación y cuidados. Otra oferta interesante, y que ha sido muy bien acogida por las personas mayores, es el turismo y la recreación. Cada vez son más las agencias de viajes que ofrecen programas especiales para tercera edad o empresas que se especializan en la organización de eventos para este grupo.

Sin embargo, las empresas y organizaciones aún no perciben en su real dimensión el potencial económico de las personas mayores y, al mismo tiempo, la necesidad de ofrecer productos y servicios adecuados a este grupo etario. Considerando la rapidez con que los países envejecen, se hace necesario que el mercado reaccione y comience a leer las necesidades de este segmento en forma adecuada. Para lograrlo, no solo es necesario saber qué ofrecer y cómo, sino también ser conscientes de las diferencias que existen en este segmento que, en su totalidad, es muy heterogéneo. Si bien todas caen dentro de la categoría ‘tercera edad’, las personas de entre 60 y 65 años son muy distintas de las que tienen entre 80 y 85  años, e incluso de las que tienen 70 años. Por ello, es urgente que la sociedad en su conjunto conozca las características de las personas mayores, sepa en qué consiste el proceso de envejecimiento que comienza al nacer y pueda entender el envejecimiento como un proceso natural de la vida y que las personas mayores continúan con su proceso de desarrollo personal, pese a los deterioros propios de la edad.

Las personas mayores están llamadas a ejercer un rol activo como consumidores y educar a esta población en cuanto al ejercicio de sus derechos y deberes.

En el camino de reconocimiento e integración de las personas mayores como sujetos de derecho, es la sociedad en su conjunto, las propias personas mayores y todos los sectores económicos -junto con el Estado- los que deben abrir los espacios para generar el cambio. (O)