La ecuatoriana Daniela Darquea mantuvo su lugar en la Ladies Professional Golf Association (LPGA), al culminar entre las 100 mejores del planeta, situación que a la vez le va asegurando un cupo para los JJ.OO., que se desarrollarán en Tokio el próximo año.  

La quiteña, de 23 años, participó en 22 torneos durante este 2019. En Arkansas (Estados Unidos), una de las paradas de La Liga, obtuvo su mejor resultado al finalizar en el quinto lugar.

“Me quedé picada, con muchas ganas de mejorar, porque sé que puedo superar el puesto 97 del mundo, lugar que alcancé este año”, inició el diálogo con EL TELÉGRAFO.

Para seguir en el LPGA Tour, la “tricolor” volvió a cumplir con el reglamento, que indica que las Top 100 acceden a una tarjeta completa para el año, por lo que participará en todos los eventos que comprende el calendario. Además de los Juegos Olímpicos Tokio 2020 a los que -aseguró- asistirá.

Sin alejar la mirada de la talega, como también se conoce a la bolsa de palos, Darquea contó que, para confirmar su presencia en Tokio 2020, lo que falta es tiempo. “Creo que la fecha de corte es en julio próximo y voy entrando. Llevo dos años en el ranking que necesito para estar en JJ.OO. y nada más es esperar a que termine el plazo”.

Segura y firme en sus conceptos, confesó que en el último año se dio cuenta de que pertenece a la élite mundial del golf femenino. “Ya no me siento como ¡ay, qué suerte que llegué!, sino que considero que realmente estoy entre las mejores y quiero ser la número uno del mundo. Y no voy a parar hasta conseguirlo”.

En cuanto a su año, lo calificó de importante porque aprendió muchas cosas. “Fue una campaña bastante positiva en el crecimiento deportivo. Creo que fue una temporada de muchos altos y bajos porque estuve muy cerca otra vez de ganar en Arkansas (EE.UU.), que me dio mucha ilusión porque sé que puedo vencer ahí”, manifestó la graduada en fisiología del deporte.

Hace casi dos años tuvo un conflicto con la Secretaría del Deporte por decidir no participar en los Juegos Suramericanos de 2018, en Cochabamba (Bolivia), que desembocó en su salida del Plan de Alto Rendimiento, al cual regresó en septiembre pasado, gracias a sus buenos resultados en 2019.

Ante esto hizo un análisis de lo ocurrido: “Mi salida del Plan no fue positiva porque quedé desprotegida y dependiendo de jugar bien para seguir solventando mi carrera, pero a la vez me hizo responsable de las decisiones que debía tomar. Creo que lo hice adecuadamente y por eso estoy tan cerca de Tokio 2020”.

Pensando en la siguiente campaña, Daniela se trazó varios objetivos, entre ellos tener más cerca a sus entrenadores, puesto que, por  los continuos viajes y la parte económica, se encuentran pocas veces. Equilibrar el nivel de su juego largo y el corto en los torneos y, por supuesto, conseguir una medalla olímpica para el país.

Para que existan más golfistas en el país, Daniela considera que se debe empezar por crear una cancha pública que facilite el acceso a esta disciplina. (I)