Nancy Caguana camina descalza entre los extensos sembradíos de legumbres que crecen simétricos y abundantes desde el borde de la Panamericana Norte. Las plantaciones de cebolla, remolacha, coliflor, maíz, alfalfa y lechuga se pierden de vista, de oriente a occidente, en dirección a las montañas que van paralelas al histórico Camino Real o también conocido como Qapac Ñan.

No hay duda que la agricultura es la principal actividad económica de Unamuncho, una parroquia rural del cantón Ambato que está ubicada a 17 km de la capital de la provincia de Tungurahua. Lo primero que llama la atención es el buen estado de las vías de acceso.

A los pies de Gualinga las hortalizas están listas para la cosecha. Pero ella las mira sin entusiasmo y con pesar dice: “La carga de lechuga volvió a bajar de precio de $ 5 se puso en $ 3. Los intermediarios le echan la culpa a la contaminación del canal de riego Latacunga-Salcedo-Ambato. Con sus aguas regamos nuestros cultivos, pero créame que nosotros también comemos estos productos y no nos hemos enfermado”, afirma.

Las lechugas verdes y frondosas y el rojo intenso de las remolachas no revelan ningún indicio de contaminación. No a simple vista. Sin embargo, por el canal de riego, que atraviesa el pueblo más ancho que largo, circulan las aguas mansas que provienen del río Cutuchi, un afluente que soporta el 80% de las descargas de las aguas servidas de Latacunga y el 20% de los residuos que provienen de un centenar de industrias.

Ángel Caguana, presidente del Gobierno Autónomo Parroquial de Unamuncho, habla de este problema que agobia a más de 5 mil personas que viven en esta jurisdicción que cumplirá en noviembre próximo 25 años como parroquia. Propone la construcción de tanques reservorios para el tratamiento del agua para el riego.

Es jueves de abril, las calles asfaltadas del centro están vacías. El mayor trajín, por decirlo así, se aprecia en el centro parroquial, en los alrededores del remodelado parque y de la cancha de uso múltiple. A unas 5 cuadras en dirección a la Panamericana, los jornaleros apuran la colecta de hortalizas y legumbres. Caguana se sube al balde de una camioneta con su preciada carga de dudosa asepsia.