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El Telégrafo
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Un molino de agua y la crianza de truchas marcan el ritmo en Perezán

En el lugar viven 200 familias y se dedican principalmente a la agricultura.
En el lugar viven 200 familias y se dedican principalmente a la agricultura.
08 de noviembre de 2015 - 00:00 - María Fernanda Arreaga

Al lado de la vía que baja por la parroquia San Pablo de Atenas, en la provincia de Bolívar, grandes extensiones de maizales ya secos se mezclan con el verdor de las montañas y los árboles. Unos metros adelante un letrero de color amarillo da la bienvenida a Perezán.

Hay 2 canchas de cemento, en las que el juego de un grupo de niños rompe el silencio que alberga este lugar. Se trata de una comunidad dedicada a la agricultura y ganadería, en la que las casas están distantes una de la otra. No más de 200 familias viven en el lugar que se divide en 4 sectores: Cruz de Perezán, Perezán de Tambanguaico, Perezán Alto y la Unión de estos 2 últimos.

Allí los Castillo, Arteaga y García son algunos de los apellidos que sobresalen cuando alguien se acerca a preguntar.

En Perezán no es tiempo de cosecha de maíz o de trigo, uno de los productos estrella que por años ha tenido esta comunidad. Este año los cultivos se perdieron a causa de los fuertes vientos. Aun así sus habitantes ven otras formas para ganarse el día.

William Castillo cuenta que Perezán es un lugar bendecido. En 1998 la comunidad tuvo su primera cosecha de los criaderos de truchas que él mismo emprendió a pico y pala, con ayuda de otros trabajadores. El resultado fueron 200 truchas de su primera poza tras una espera de 7 meses, lo que lo motivó a cavar otras 9 pozas.

A William la iniciativa le valió ganarse el apelativo de ‘loco’, pero eso nunca lo acomplejó. De hecho, lo mismo ocurriría en 2009 cuando decidió construir un molino de agua con 2 piedras talladas, que permite a sus habitantes convertir el trigo, arveja, máchica o maíz en harina. Y no solo su comunidad se ve beneficiada con su invento, ya que de otros lugares distantes llegan para utilizarlo.

Un saco de trigo cuesta $ 20 pero ya molido aumenta a $ 50. Lo mismo pasa con el maíz, que estaba en $ 50, pero como harina se expende a $ 80. Este año William compartió su emprendimiento con 50 familias para que también tengan sus criaderos.

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