Violencia y muerte en la jornada electoral en Kenia
Un número récord de electores se movilizó ayer en Kenia para elegir a un nuevo presidente, con la esperanza de dejar atrás los precedentes comicios que se convirtieron en un verdadero baño de sangre en el país.
Horas antes de que comenzara la votación, un grupo de desconocidos asesinó a seis policías en la región costera de Mombasa, único acto de violencia reseñable.
Excepto una serie de explosiones que no causó víctimas mortales en la frontera con Somalia, una zona tradicionalmente inestable.
La imagen dominante fue la de las extensas filas de electores, formadas antes de que amaneciera, que obligaron a los colegios electorales a permanecer abiertos después del cierre a las 17:00 (14:00 GMT).
“La participación fue aplastante”, con un 70% a partir de las 17:00, una tasa que “sin duda aumentará todavía de manera significativa” por la noche, se alegró el presidente de la Comisión Electoral Independiente (IEBC), Ahmed Isack Hasan.
Unos 14,3 millones de kenianos inscritos en el padrón electoral debían introducir seis papeletas en seis urnas diferentes para designar al nuevo presidente, diputados, senadores, gobernadores (ejecutivo departamental).
Además, miembros de la Asamblea departamental y una cuota de mujeres a la Asamblea Nacional.