El 76% de la ciudadanía considera que el militar fue un dictador
Un homenaje a Pinochet divide a los chilenos
Han transcurrido 42 años desde el golpe contra Salvador Allende y 25 años desde que Chile recuperó su democracia. Pero el nombre de Augusto Pinochet sigue presente en amplias facetas de la vida cotidiana de los chilenos. El miércoles de la próxima semana se cumplirán 100 años del natalicio del exdictador chileno (1973-1990) y solo la mención de que habrá un acto a modo de homenaje ha generado enorme revuelo.
La Fundación Pinochet, integrada en su mayoría por exoficiales del Ejército, está preparando una ceremonia en la localidad de Los Boldos, a unos 110 kilómetros al suroeste de Santiago, donde el exgeneral tenía una parcela a modo de lugar de descanso. Es en ese lugar donde están sus restos, no muy lejos del puerto de San Antonio.
En la parcela de Los Boldos, un lugar de propiedad privada ubicado en la zona de Santo Domingo, la Fundación Pinochet llevará a cabo una conmemoración en la que, según ellos, asistirán políticos de la derecha chilena. Habrá una misa, posteriormente se inaugurará una obra en honor a Pinochet y todo finalizará con un coctel. Uno de los asistentes será el exalcalde de Providencia -uno de los barrios más acomodados de la capital-, el excoronel Christian Labbé, procesado por causas relacionadas a supuestas violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar.
En una entrevista publicada por el diario chileno La Tercera, Labbé confirmó su asistencia y además reiteró que pretende retomar su asiento como edil de Providencia en las elecciones municipales de 2016. Al asistir al homenaje a Pinochet, Labbé también apuntaría a enfatizar la idea de que a los militares chilenos se les persigue políticamente. Al mismo tiempo, la apuesta del excoronel, una de las figuras con más rechazo en el país, es congraciarse con el mundo de la derecha que aún se muestra cercano a las Fuerzas Armadas.
DATOS
Durante la dictadura de Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990, según cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras que otros 33.000 fueron torturados y encarcelados por causas políticas.
Hasta ahora, por lo menos 262 personas fueron condenadas por violaciones de derechos humanos y se encuentran abiertos más de 1.000 procedimientos judiciales, que se remontan al gobierno de Pinochet.
La presidenta socialista Michelle Bachelet, que fue torturada durante la dictadura, durante la campaña para su reelección ofreció reformar la Carta Magna heredada del régimen de Pinochet en 1980. El Parlamento que se elegirá en 2017 deberá decidir el mecanismo de reforma.Este homenaje a Pinochet ha generado un mar de reacciones. Incluso el gobierno de Michelle Bachelet debió referirse a este tema. El ministro del Interior, Jorge Burgos, rechazó este tipo de conmemoraciones para Pinochet. “Creo que la inmensa mayoría de los chilenos no le hace un homenaje a quien fuera un dictador. Hay un grupo de personas que sigue creyendo que tiene justificación hacerle un homenaje”.
A su vez, la presidenta del Partido Socialista e hija de Salvador Allende, Isabel Allende, fue categórica en afirmar que Pinochet es una figura del pasado. “Pensé que había pasado a la prehistoria. Me parece muy mal que se haga este reconocimiento que organiza la fundación que lleva su nombre”.
La imagen positiva que Pinochet cultivó una vez que dejó el Ejército a mediados de los 90, en aproximadamente un tercio del electorado chileno, ha ido disminuyendo de manera paulatina. Especialmente demoledor para sus seguidores no fue la comprobación de la sistemática violación a los derechos humanos durante su régimen ni su detención en Londres en 1998, sino la revelación en 2004 de que Pinochet escondió cuentas bancarias por más de 21 millones de dólares.
Según una encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), a medio siglo de la transición a la democracia, solo uno de cada cinco chilenos tiene una buena opinión de Pinochet. En septiembre de 2000, cuando apenas habían transcurrido 10 años desde que Pinochet dejó La Moneda, nada menos que el 31% pensaba que el exgeneral había sido “uno de los mejores gobernantes” en la historia del país. Sin embargo, esta percepción cayó en 2015 a la mitad (15%). A su vez, el 76% de los chilenos considera que Pinochet fue un dictador, 15 puntos porcentuales más respecto de 2000. (I)