El mandatario planificó una visita a belén
Trump llegó a Israel con un mensaje de paz
El presidente estadounidense, Donald Trump, comenzó ayer su primera visita a Israel, una estancia de dos días para analizar el terreno antes de retomar el paralizado proceso de paz en Oriente Medio. Esta parada forma parte de su primera gira internacional en la que también visitará Europa.
El sábado llegó a Arabia Saudita, donde disfrutó de una bienvenida ofrecida por la familia real e hizo un fuerte reclamo a los países para que expulsen de sus tierras a los miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI). Asimismo, ayer fue recibido cordialmente en el aeropuerto por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El líder israelí mantenía el malestar por las disputas dentro de su gobierno de coalición sobre cuánto su país está dispuesto a comprometer por la paz; además desconfiaba de los acuerdos militares y comerciales celebrados por el mandatario estadounidense con líderes musulmanes en Arabia Saudita.
Trump firmó con los saudíes un acuerdo de venta de armas estadounidenses por $ 110.000 millones.
A su arribo a Israel, Trump dijo ayer que su viaje por esta región le ha dado “nuevas razones para la esperanza”.
“Tenemos ante nosotros una rara oportunidad de traer seguridad, estabilidad y paz a esta región y a su gente, derrotando al terrorismo y creando un futuro de armonía, prosperidad y paz”, y continuó: “Pero solo podemos llegar a trabajar juntos. No hay otra manera”.
Antes de una serie de reuniones con Netanyahu, el presidente y la primera dama, Melania, visitaron el Muro de los Lamentos. Trump se convirtió en el primer mandatario de Estados Unidos en funciones en hacerlo. Sus antecesores estadounidenses -igual que los europeos- evitaron el itinerario por el significado político que tiene, al encontrarse en la zona oriental de Jerusalén, ocupada por Israel en 1967.
¿El conflicto Israel-Palestina tendrá solución?
La derecha israelí saludó a Trump sus promesas de una relación más profunda, pero sus expectativas de que este sea un cheque en blanco para expandir su colonización en territorios palestinos se contradicen con las promesas que también le hizo a Palestina.
La demora de Trump en trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a la disputada ciudad de Jerusalén y su llamado temprano a Israel para que limite la construcción de asentamientos en Cisjordania ponen al escenario cuidadoso. A esto se suman las revelaciones de que el mandatario estadounidense pudo indirectamente señalar a Israel como la fuente de información sensible de Siria durante una reunión de la Oficina Oval con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.
A principios de este mes, Trump le dijo al presidente palestino, Mahmud Abbas, durante una visita a la Oficina Oval que quería ser un “mediador” para la paz, pero que no sería nada fácil.
De acuerdo con The Washington Post, los israelíes están inseguros de la gestión de Donald Trump y expresan sus profundas dudas sobre su capacidad para lograr cambios profundos para cualquiera de los dos lados.
“No creo que nadie pueda arreglar lo que está mal aquí, pero es tan extraño que pueda tener algo”, dijo Noga Perry, joven judía israelí, quien paseaba por la calle con unos auriculares.
Hoy en la mañana, Trump tiene planificado ir a la ciudad de Belén, a pocos kilómetros de Jerusalén, pero en Cisjordania. El viaje lo llevará a través de un puesto de control con una buena vista de una pared diferente, la barrera física que Israel ha construido para limitar y controlar la entrada de palestinos desde Cisjordania. (I)
DATOS
Como medida de confianza recíproca previa a la reanudación del diálogo, los negociadores palestinos reclaman que supriman restricciones a la libertad de movimientos de la población y se apliquen medidas económicas para mejorar su nivel de vida.
Trump persigue la reanudación de las negociaciones de paz entre Israel y Palestina, suspendidas hace tres años, durante un calendario de reuniones
de entre 12 y 16 meses.
Estados Unidos no impondrá la congelación de la expansión de los asentamientos judíos en Jerusalén Este ni en Cisjordania -donde se instalaron 600.000 colonos judíos en el último medio siglo-, pero, según las cláusulas que desveló el diario árabe Al Hayat, esta misma información limitará su crecimiento a los bloques urbanizados ya consolidados. (I)
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$ 800.000 millones serán recortados
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propondrá un recorte de $ 800.000 millones al programa de salud Medicaid en 10 años, en un proyecto de presupuesto que será presentado hoy y podría afectar el gasto contra la pobreza.
Los planes para hacer un masivo recorte a Medicaid, cuyos fondos de salud son para personas de bajos recursos y discapacitados, llega cuando los legisladores del Partido Republicano están tratando de revocar y remplazar el Obamacare, dentro del cual Medicare juega un papel importante.
El recorte está supeditado a que el proyecto de ley que se aprobó en la Cámara de Representantes a principios de mes se convierta en ley, publicó el domingo el Washington Post citando fuentes familiarizadas con el proyecto.
Bajo la ley conocida como Obamacare el programa Medicaid extendió su cobertura de salud a unos 11 millones de adultos que antes no tenían seguro. La oficina de Presupuesto del Congreso, que analizó en marzo una versión inicial del proyecto aprobado por la Cámara de Representantes, dijo que para 2026 podrían quedar inscritas 14 millones de personas menos en el programa.
La Cámara de Representantes recortaría para 2026 el 25% de los fondos federales del programa de Medicaid y lo cargaría a los estados, que recibirían montos fijos a través de subvenciones y podrían verse forzados a reducir la elegibilidad o a recortar las prestaciones. (I)