Temuco recibió a Francisco con múltiples incendios
El incendio de tres helicópteros y una escuela registrados ayer en el sur de Chile le dieron la bienvenida al papa Francisco a esta región.
El Jefe de Estado del Vaticano oficializó, ayer en Temuco, una misa dirigida a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y fustigó el uso de la violencia en la lucha por reivindicar los derechos indígenas e incluso proyectó una reunión con este grupo.
La región de La Araucanía, donde se enclava Temuco, es escenario de la lucha que libran los mapuches, la etnia más importante de Chile. Ellos denuncian discriminación y abusos y reclaman la restitución de territorios ancestrales hoy mayoritariamente en manos privadas.
Francisco, que como argentino es un conocedor del problema mapuche, visita Temuco (800 km al sur de Santiago) para tomar contacto directo con esta población.
A pesar de los múltiples incendios registrados antes del arribo del Sumo Pontífice, los atentados son frecuentes en La Araucanía.
En los últimos años se cuentan más de cien incendios contra maquinaria forestal y templos religiosos.
Pese al ambiente de tensión, el Papa se desplazó en el papamóvil y saludó a las miles de personas que flanqueaban la carretera hasta el aeródromo de Maquehue.
“¡Francisco, amigo, el sur está contigo!”, coreaban. Desde la medianoche del martes, miles de fieles iniciaron la vigilia en la base aérea, a la que accedían después de recorrer más de tres kilómetros a pie.
Envueltos en mantas o bolsas de dormir, con gorros y parkas para soportar el frío de la noche en el sur de Chile, los peregrinos aguardaron horas la presencia del papa Francisco, el segundo pontífice que visita la ciudad después de Juan Pablo II en 1987.
Una mujer, identificada como Paulina Aránguiz Guzmán, falleció luego de que sufriera un paro cardiorrespiratorio en el largo camino de salida del aeródromo.
Además del conflicto mapuche, la visita se ha visto marcada por el problema de los abusos sexuales a menores de edad en la Iglesia.
El martes, el papa confesó en Santiago su “dolor” y “vergüenza” por los abusos de curas pederastas y se reunió con víctimas. (I)