Promesa de Obama de cerrar Guantánamo no convence a reclusos
EE.UU.- Tras más de una década de reclusión los internos de la prisión estadounidense de Guantánamo han recurrido a una generalizada huelga de hambre para expresar su desesperanza por la incertidumbre en la que están inmersos.
De los 166 presos recluidos en la prisión estadounidense en territorio cubano, 100 se encuentran en una huelga de hambre que está apunto de entrar en el tercer mes y que ya ha obligado a hospitalizar a tres de ellos y alimentar con vías nasales a 23.
De nada han servido los cinco años de promesas del presidente Barack Obama, reiteradas el pasado martes, de cerrar el penal y proceder a transferir a los presos que han recibido la aprobación para ser liberados. “No es sostenible”, dijo el mandatario la semana pasada. “La noción de que mantengamos a estos individuos en tierra de nadie perpetuamente carece de sentido. Debemos reflexionar por qué estamos haciendo esto”.
El mandatario estadounidense lamentó la falta de cooperación del Legislativo en este frente: “El Congreso determinó que no nos dejarán cerrarlo”. Recordó, a continuación, que los tribunales han decidido que varios de los reos en el penal podrían retornar a sus países de origen o “potencialmente” a un tercer país.
Ochenta y seis de los 166 detenidos recibieron “una aprobación (de las autoridades norteamericanas) para ser transferidos”, algunos hace cinco años. “Eso indica que 52% de los presos está calificado para ser liberado”, declara Clive Stafford Smith, abogado de quince presos. “Voy a retomar este tema”, dijo Obama, quien anunció que reanudará el diálogo con el Congreso para hacerle entender que el mantener Guantánamo abierto es perjudicial para los intereses de EE.UU.
“La idea de que vamos a mantener a más de cien individuos en tierra de nadie perpetuamente (...) La idea de que mantendremos indefinidamente a individuos a los que no se ha juzgado es contrario a lo que somos (como país). Es contrario a nuestros intereses y tenemos que detenerlo”, insistió.
Se refirió también brevemente a los reclusos en huelga de hambre, algunos de los cuales son alimentados a través de vía sanguínea con nutrientes líquidos para frenar una mayor pérdida de peso: “Evidentemente no quiero que muera ninguno de esos individuos”, dijo Obama y añadió que el Pentágono “está tratando de gestionar la situación lo mejor que puede”.
“Hacen falta más que palabras, hacen falta acciones concretas”, afirmó el comandante Walter Ruiz, abogado de uno de los acusados, dirigiéndose al presidente Obama. Entre los presos se cree que al Gobierno norteamericano más le importa un escándalo internacional que la integridad de los reclusos.