El gremio que agrupa a los profesores chilenos convocó hoy a un paro nacional y a una marcha para el miércoles 25 de junio en demanda de "espacios de participación real" en la reforma educacional que promueve el Gobierno, iniciativa a la que se adhirieron también los estudiantes universitarios.

"Es clave que los actores ocupen un papel incidente, que sientan que son considerados en el proceso, queremos exigir reales espacios de participación", dijo en conferencia de prensa el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo.

"La educación pública debe ser el eje articulador de un sistema educativo mixto, que tenga la educación como derecho social(...) hay que fortalecer la educación pública y eso no está en los proyectos enviados", agregó el dirigente.

El Gobierno, que promueve una reforma a la educación que mejore su calidad y otorgue gratuidad en todos sus niveles, ha enviado hasta ahora proyectos de ley para terminar con el lucro en los establecimientos de enseñanza, con la selección de alumnos y con el copago de los padres en los colegios con subvención estatal.

Sin embargo, aún no se han definido aquellas iniciativas que modificarán la carrera docente y el funcionamiento de las universidades, pues la intención de las autoridades es tramitarlas en el Congreso durante el segundo semestre de este año.

Los profesores y estudiantes universitarios, en cambio, quieren acelerar el proceso y, sobre todo, tener injerencia directa en esos proyectos.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Naschla Aburman, resaltó la importancia de la unidad entre profesores y alumnos para avanzar conjuntamente en logro de sus demandas.

La nueva marcha contra la reforma educativa sería la tercera que se realizaría desde que Bachelet asumió el poder en un segundo mandato, el pasado 11 de marzo.

A igual que en ocasiones anteriores la movilización se desplegaría por las principales avenidas de las ciudades más grandes de Chile, incluyendo la capital Santiago.

La anterior protesta, convocada en esa ocasión por estudiantes secundarios y universitarios, reunió a unos 15.000 participantes que, en su mayoría, se manifestaron pacíficamente.

Sólo al final de la movilización se registraron algunos incidentes que motivaron la intervención de la policía.