Son los llamados “candidatos chicos”, los que se jugarán “la vida” el próximo domingo 19 de noviembre, pero que no tienen opción de pasar al balotaje programado para el 17 de diciembre. Sin embargo, una vez terminada la elección, tanto el expresidente Sebastián Piñera (centroderecha) como el senador pro oficialista Alejandro Guillier –quienes según todas las encuestas pasarán a la segunda vuelta- se enfocarán en conseguir el apoyo de los “perdedores”, vitales para su triunfo.

Parte importante de estos abanderados tienen menos de 50 años, pero salvo excepciones, este “fenómeno” no representa una renovación de la política chilena, ya que la mayoría responde a los partidos tradicionales. Además, tampoco han logrado concitar grandes volúmenes de apoyo ciudadano y como en Chile el voto es voluntario, todo se les hace más cuesta arriba.

Hasta no hace tanto, existía una importante incertidumbre sobre quién acompañará a Piñera al balotaje, si Guillier o Beatriz Sánchez, la candidata del nuevo referente de la centroizquierda chilena, Frente Amplio. Sin embargo, esta periodista de 46 años y nacida en la ciudad de Viña del Mar, perdió apoyo en las encuestas después de una serie de disputas políticas al interior de su conglomerado. El Frente Amplio está liderado por varios ex dirigentes estudiantiles que lideraron las masivas marchas en Chile en 2011 y que ahora luchan por ser reelectos en la Cámara de Diputados.

Según la última encuesta Plaza Cadem dada a conocer a comienzos de mes, Beatriz Sánchez posee un 13% de intención de voto. Aunque la cifra es baja, sus votos serán clave en la apuesta de Guillier por vencer a Piñera en la segunda vuelta. El ex mandatario posee un 42% de respaldo, mientras que el conocido ex rostro de la televisión chilena tiene un 20%. Aunque la diferencia es alta, quienes respaldan a Guillier están convencidos de que si en segunda vuelta Sánchez se decanta por el abanderado de la alianza de Michelle Bachelet, podría dar la pelea.

Precisamente en las últimas semanas la contienda electoral ha girado en torno a los eventuales “pactos” para la segunda vuelta. En ese sentido, Beatriz Sánchez ha pedido no concentrarse en las encuestas, aunque no se ha cerrado a un eventual apoyo a Guillier. Ambos, por lo demás, son amigos ya que han coincidido laboralmente en sus respectivas carreras en el periodismo chileno. A diferencia de Guillier, Sánchez sí plantea una cambio en el “modelo” de administración del país, por lo que, por ejemplo, pretende poner fin al sistema privado de pensiones.

La centroizquierda

Pero Guillier necesita también al resto de los abanderados. En cuarto lugar de las encuestas figura Marco Enríquez-Ominami, un ex diputado de centroizquierda, de 44 años e hijo de Miguel Enríquez, ex líder del MIR y uno de los iconos de la izquierda chilena muerto tras un enfrentamiento con las fuerzas de Pinochet en 1974. Enríquez-Ominami, conocido como MEO, tiene un 6% de intención de voto y va al alza.

Durante la contienda, MEO ha tenido duras palabras para Piñera, pero también para Guillier. Sin embargo, ha sido claro en que en la segunda vuelta la centroizquierda debe unirse, por lo que estaría dispuesto a apoyar a Guillier. Marco Enríquez hizo historia en las elecciones de 2009 al lograr el 20%, nada menos que 1,4 millones de votos. Pero su figura se vio luego empañada tras haber sido ligado a una serie de escándalos de corrupción. MEO es conocido por su locuacidad, está casado con una popular conductora de televisión y repite una y otra vez que no se dará por vencido. Además, es quien maneja mejor las cifras en los debates presidenciales.

Un peldaño más abajo figura José Antonio Kast, un diputado de ultraderecha, conocido por ser un apasionado católico, contrario al aborto y al matrimonio homosexual y partidario del porte de armas. Para sus detractores se trata de una suerte de “Trump chileno”. Kast es un conservador puro y duro, pero además defiende públicamente el “legado” de la dictadura de Pinochet. En esta campaña no ha pasado desapercibido y cuenta con un 6% de intención de voto.

Más atrás, aparece Carolina Goic, de la Democracia Cristiana y cuya candidatura generó en su momento profundas divisiones al interior de la Nueva Mayoría de Bachelet. Goic tiene un 5% de apoyo y suele sostener que está segura que ella será quien pase a la segunda vuelta. Goic tiene 44 años, es senadora desde 2014 estudió trabajo social y tiene un master en economía.

Mucho más abajo en las encuestas está el senador Alejandro Navarro, el político chileno más cercano al chavismo en Venezuela y que tiene una larga carrera en el Congreso. Navarro es conocido por sus ideas ligadas al mundo de la centroizquierda, pero al mismo tiempo es considerado como alguien pragmático. En ese sentido, también podría apoyar a Guillier en la segunda vuelta. También en esta escala figura Eduardo Artés, un ex docente de formación comunista que promete “refundar Chile”, y que todo quede en manos del Estado. Los analistas estiman que Artés, de 66 años, es alguien como de los tiempos de la Guerra Fría que no calza con el Chile actual.

En la matemática electoral, si finalmente Guillier logra en segunda vuelta el respaldo de los votantes de Navarro, Artés, Goic, MEO y Sánchez, podría eventualmente darle la pelea a Piñera, quien a su vez se espera que reciba el apoyo de Kast. (I)