El país celebrará elecciones generales en noviembre
Piñera busca reelegirse y promete reformas en Chile
Citó a Winston Churchill y a Mahatma Gandhi, mientras que por las pantallas gigantes antes de su discurso en el que anunció que será candidato a la Presidencia en noviembre, aparecieron saludos del escritor peruano Mario Vargas Llosa y de la esposa del venezolano Leopoldo López, Lilian Tintori.
El expresidente Sebastián Piñera (2010-2014), como se dice en buen chileno, ‘tiró toda la carne a la parrilla’ la noche del martes al oficializar su nueva postulación a La Moneda. Prometió modificar las reformas estructurales que ha intentado implementar la presidenta socialista Michelle Bachelet.
Al igual que en la campaña de 2009, esta vez Piñera corre como el favorito de las encuestas, con el 24% de intención de voto, seguido por el senador y periodista pro Nueva Mayoría de Bachelet, Alejandro Guillier, la gran novedad de esta campaña electoral, que posee 16% de respaldo, de acuerdo con un sondeo de Cadem.
Sin embargo, esta vez las complejidades son mayores que la contienda de hace ocho años. Aquello es porque la ciudadanía está más activa y menos tolerante a los abusos de poder, debido a los escándalos de corrupción que afectan al Gobierno, a políticos de diversas ideologías, a empresarios y a miembros de las Fuerzas Armadas.
Ante cientos de adherentes reunidos en la Quinta Normal, un enorme parque donde se emplazan museos en un sector de clase media baja de Santiago, Piñera lanzó duras críticas al gobierno de Bachelet e incluso dijo que, de ser electo en noviembre, realizará cambios en la reforma educacional. “Devolveré a los padres su derecho a elegir y aportar voluntariamente a la educación de sus hijos”, dijo en alusión al eventual regreso del copago en materia educacional para las escuelas particulares subvencionadas que Bachelet ha intentado erradicar con el fin del lucro en educación.
“Como candidato no prometeré lo que sé que no podré cumplir, aunque signifique perder votos. Como presidente haré todo lo posible por cumplir lo que prometí”.
Además de la educación, Piñera puso énfasis en otros cuatro puntos, con un evidente énfasis en la ideología de la derecha chilena. Así prometió “volver a crecer y crear empleos”, aunque esta vez no dio cifras concretas, a diferencia de 2009, cuando dijo que en su gobierno se crearía un millón de empleos.
En cuanto al combate contra la delincuencia, dijo que hará de Chile “un país más seguro”. Durante su anterior campaña Piñera prometió que “a los delincuentes se les acabará la fiesta”. Sin embargo, la delincuencia no disminuyó y apenas el 13% de los chilenos lo aprobó en cuanto a ese ítem. Al mismo tiempo, prometió cambios en salud y en pensiones, aunque en este último no hizo mayor referencia a la crisis del sistema de jubilaciones y las crecientes críticas ciudadanas a las administradoras de fondos de pensiones (AFP).
Por la tónica de su discurso, Piñera dejó claro que, de resultar electo, pretende modificar las principales bases del proyecto de Bachelet y la Nueva Mayoría. A su juicio, hay que desterrar la cultura del “cada día puede ser peor”, frase que en su momento pronunció Bachelet. “Ello solo ocurre cuando se hacen las cosas mal”. A nivel general, Piñera terminó su gestión en 2014 con 50% de aprobación, de acuerdo con la encuestadora Adimark.
También en un momento de su discurso apeló a la valentía de los mineros, recordando que uno de los hitos de su gestión fue el rescate de 33 trabajadores en la mina San José. De hecho, en la Quinta Normal estuvieron presentes dos de esos mineros.
Pero lo que Piñera no dejó del todo claro fue la supuesta incompatibilidad entre sus negocios y la política. “No participaré en la administración ni gestión de ninguna empresa y tomaré todas las medidas necesarias, incluso yendo más allá de lo exigido por la ley”. Sin embargo, con esa frase no aclaró si durante su gobierno siguió haciendo negocios aprovechando su posición privilegiada como presidente. Piñera es uno de los empresarios más ricos del país.
Precisamente esa es la gran debilidad de su nueva aventura presidencial. Actualmente la Fiscalía investiga a Piñera por una denuncia por supuesta negociación incompatible y uso de información privilegiada por una inversión familiar en la pesquera Exalmar, en Perú, en pleno litigio entre ambos países por la frontera marítima en La Haya, mientras él era jefe de Estado.
También se indaga al exjefe de Estado por su supuesta participación en un negocio minero durante su gobierno. Se trata de un caso que se remonta a 2010, cuando a poco de haber asumido el mando en La Moneda, Piñera solicitó cancelar un controvertido proyecto termoeléctrico en el norte, dado su impacto ambiental en una reserva marina adyacente.
El problema es que, según una investigación de radio Bío Bío, Piñera habría omitido que él era uno de los mayores accionistas de una sociedad que planificaba un proyecto minero en la misma zona. Meses más tarde vendió su participación en este negocio. (I)