Los peronistas son incorregibles, solía decir el genial escritor Jorge Luis Borges. Y en otro ejemplo de esa endiablada característica política que los agrupa en extremos ideológicos a la vista irreconciliables, 14 diputados del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV) abandonaron el bloque en una decisión a todas luces funcional al gobierno derechista de Mauricio Macri.

En concreto, el kirchnerismo dejó de tener la primera minoría en la Cámara Baja, lugar que cedió a la alianza derechista Cambiemos, integrada por Propuesta Republicana (PRO, el partido de Macri), la centenaria Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica.

El panorama en el Congreso cambió radicalmente: Cambiemos pasó a ser la primera minoría con 92 bancas en Diputados, aunque como un interbloque, seguido por el kirchnerismo con 81 (tenía 95). Luego se encolumna el bloque peronista Una Nueva Argentina del excandidato presidencial Sergio Massa con 35 y el nuevo bloque tronco del FpV bautizado Justicialista que podría alcanzar hasta 17 legisladores con la suma de otros disidentes. Más atrás aparecen agrupaciones menores de izquierda y otros pequeños bloques... peronistas.

De esta manera, Cambiemos quedó cerca de alcanzar el quórum de 129 diputados ante el acercamiento que su bloque ha tenido en las últimas semanas con los diputados de Massa y algunos de los kirchneristas escindidos para otorgarle “gobernabilidad” a Macri. “El oficialismo lo que tiene que hacer es proponer leyes razonables. Si no proponemos disparates y tenemos una actitud realmente democrática de valorar la diversidad entonces el oficialismo no va a tener problemas de llegar al quórum”, resumió el senador macrista Federico Pinedo. El Congreso está actualmente en receso y volverá a sesionar en marzo.

En el Senado el peronismo tiene quórum propio, pero ya hubo algunos encontronazos entre el kirchnerismo duro y aquellos legisladores que responden a sus provincias y cuyos gobernadores necesitan tener una buena relación con el gobierno nacional para impulsar obras públicas.  Por lo pronto, 12 kirchneristas puros armaron un minibloque interno, aunque sin llegar a la ruptura.

Todo este proceso de acomodamiento en el peronismo -común en la historia del movimiento fundado por Juan Domingo Perón y más aún tras una derrota electoral- se da en un marco de una dura lucha interna por el control del partido donde conviven -aunque separados y enfrentados- el kirchnerismo (izquierda), el massismo (derecha) y lo que se ha dado en llamar el peronismo de gobernadores que controlan a los legisladores de sus territorios, además de otros sectores minoritarios. Por lo pronto la ruptura kirchnerista se oficializó en medio de una reunión del consejo nacional peronista realizada el miércoles, que convocó a elecciones internas para el 8 de mayo con el propósito de elegir a su nueva conducción. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a través de varios voceros,  aseguró que no le interesa encabezar el partido. Massa impulsa para la jefatura a su principal aliado, el gobernador de Córdoba (centro del país), José Manuel de la Sota. Pero otros buscan un candidato de consenso, como el diputado José Luis Gioja, hoy en el kirchnerismo pero más moderado y que intentó ser cooptado sin éxito por los legisladores rebeldes.

La escisión del bloque kirchnerista en Diputados fue un golpe duro para el peronismo progresista. La cara visible de esta “traición” -como la llamó la diputada nacional María Teresa García- es Diego Bossio, quien hasta hace dos meses presidía la estratégica Administración nacional de seguridad social (Anses), que gestiona los fondos de los jubilados y era uno de los más enfervorizados defensores del anterior ejecutivo.

“Es un traidor a todos los compañeros ... Ha sido partícipe de muchas políticas de inclusión que se han impulsado durante estos años. Se me ocurren muchas calificaciones para cuando veamos que mañana le faciliten el quórum a Mauricio Macri para endeudar al país y favorecer esta brutal transferencia de recursos de la que somos testigos”, acusó García.   

Bossio se acercó en la campaña al derrotado candidato presidencial Daniel Scioli. Según fuentes partidarias, su salida se terminó de cuajar por peleas internas con el movimiento juvenil La Cámpora, que copó el kirchnerismo con el aval de la expresidenta y tiene hoy 24 bancas en Diputados, comandados por Máximo Kirchner, hijo de los exmandatarios Néstor y Cristina Kirchner.

“Que devuelva la banca”, le espetó el alcalde del municipio bonaerense de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Pero la sangría no se detendría con Bossio y los otros 13 diputados que se alejaron del kirchnerismo. Según las mismas fuentes otros legisladores podrían seguir sus pasos descontentos con el manejo “verticalista” del Frente para la Victoria bajo el ala de Cristina Kirchner y su espada juvenil.  

En un documento, el nuevo bloque se comprometió a hacer “una oposición responsable” al gobierno nacional.

“Seguiremos defendiendo los logros de la etapa que pasó. Pero también es sumamente necesario reconocer errores, corregirlos y avanzar”, señaló. Scioli, a su vez, se mantiene expectante pero siempre dentro del kirchnerismo.

Desde el gobierno nacional, los funcionarios se frotaban las manos ante la escisión kirchnerista en Diputados. Macri logró lo que jamás se imaginó: la división del kirchnerismo en el Congreso, el polo de poder que se presentaba como un escollo insalvable para su plan neoliberal. (I)

Argentina propone  pago de $ 6.500  a fondos 'buitre'

Argentina propuso ayer pagar $ 6.500 millones a los acreedores que reclaman ante la Justicia de Nueva York una deuda por bonos soberanos en mora desde 2001, que implica una quita del 25% sobre el valor estipulado en la sentencia.

“Argentina ha presentado hoy (ayer) una propuesta para acordar y pagar a los tenedores de bonos defaulteados”, dijo el mediador Daniel Pollack en un comunicado tras 5 días de negociaciones, precisando que en caso de concretarse la oferta alcanzará los “$ 6.500 millones”.

Dos de los 6 principales fondos especulativos ya aceptaron la propuesta, que incluye una quita del 25% sobre el total de $ 9.000 millones estimados en sentencias contra Argentina en tribunales de Nueva York, según un comunicado simultáneo del ministerio argentino de Hacienda y Finanzas. “La propuesta implica una quita de alrededor del 25% sobre la sentencia (judicial contra el país en Nueva York), dependiendo de la alternativa que elijan los acreedores que participen”, dijo la cartera. Los fondos que ya aceptaron la oferta son Montreux Partners LP y Dart Management Inc.  Enviados del gobierno de Macri, de los fondos NML Capital y Aurelius y otros acreedores negociaron desde el lunes hasta ayer en forma confidencial en las oficinas de Pollack, en Manhattan. (I)