Lula da Silva se juega la candidatura en juicio por corrupción y lavado
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afronta hoy el dictamen de segunda instancia. El juicio decidirá si ratifica, modifica o anula la condena de 9 años y medio de prisión que recibió el pasado julio por corrupción pasiva y lavado de dinero.
El exmandatario encabeza las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre en Brasil.
Henrique Neves da Silva, exintegrante del Tribunal Superior Electoral de Brasil, explica que en materia electoral una condena por corrupción tornaría a Lula “inelegible”, según la legislación.
Pero aún condenado, Lula podrá presentar su candidatura, amparado en medidas cautelares de tribunales superiores.
El juicio de hoy será en la ciudad de Porto Alegre, sede del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), que tras el anuncio de movilizaciones en respaldo a Lula se blindó por los enfrentamientos. Este dispositivo de seguridad, que incluye aislamiento de la zona desde el mediodía, envuelve a 4.000 personas y se desplegará por tierra, mar y aire.
Un acto policial solo comparado con el de la visita de Barack Obama en 2011.
A las manifestaciones se suma que el exmandatario, quien seguiría el juicio desde Sao Paulo, se movilizó ayer a Porto Alegre para agradecer el respaldo de su pueblo.
“Esperaré tranquilamente el resultado. Y voy a recurrir cualquiera que sea el resultado, recurriré”, adelantó, anunciando que el próximo 27 de febrero iniciará una precampaña por el sur.
Lula, de 72 años, quien de obrero se convirtió en mandatario y es el más popular de la historia moderna de Brasil.
El Tribunal, encabezado por João Pedro Gebran Neto, Leandro Paulsen y Victor Laus, se pronunciará, además, sobre los recursos de otros seis casos en contra de Lula.
El Partido de los Trabajadores aclaró que no elabora un plan B para sustituir a Lula. En 2016, Brasil vivió un ‘impeachment’ que condujo a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, sustituida por su vicepresidente, Michel Temer, investigado también por corrupción. (I)