La tensión política en Brasil elevó sus decibeles luego de que supuestos grupos ultraderechistas atentaron a balazos contra dos autobuses que forman parte de la caravana proselitista que el expresidente y líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva realiza por el sur de Brasil.

“Quieren matar a Lula”, aseveró la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann.

El atentado ocurrió en Laranjeiras do Sul, interior del estado de Paraná, limítrofe con Paraguay y Argentina, sin causar heridos, contra dos autobuses. Fueron tres disparos que penetraron en la chapa de los vehículos donde viajaban legisladores, exfuncionarios y exministros.

Lula estaba en un automóvil como parte de sus tradicionales caravanas por el país, donde visita pequeños poblados y se reúne con la militancia de su partido y organizaciones sociales.

“Es inaceptable y no puede volver a ocurrir, debemos identificar a los culpables”, condenó el ministro de Seguridad del gobierno de Michel Temer, Raúl Jungmann.

La principal sospecha recae sobre los grupos que hace 10 días hostigan el paso de la caravana por el interior de los tres estados sureños (Río Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina”. Están identificados con el precandidato presidencial ultraderechista Jair Bolsonaro y con el juez Sérgio Moro, a cargo de la Operación Lava Jato, según el equipo de prensa de Lula.

El exmandatario es el favorito para los comicios de octubre, pero su candidatura  puede ser invalidada por estar condenado en dos instancias a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso Lava Jato. La Corte Suprema definirá la próxima semana si acepta un habeas corpus a su favor. (I)