Los líderes del movimiento de contestación social que sacude a Israel, desde mediados de julio, pidieron a los ciudadanos del país que salgan a la calle el sábado al anochecer, salvo en Tel Aviv, donde se llevó a cabo una gigantesca manifestación la semana pasada.

El grupo denuncia el imparable aumento de los precios de las viviendas en el país, que los jóvenes no pueden asumir. “Hemos decidido no organizar manifestaciones en Tel Aviv, sino convocar marchas en toda la nación. Lo importante es demostrar que la protesta no se limita a los ciudadanos de Tel Aviv”, afirmó  Stav Shafir, una de las organizadoras.

Shafir negó que el movimiento esté perdiendo fuerza, asegurando que las caminatas no paran de aumentar con al menos 80 tiendas de campaña a favor de la causa en todo el país.

El dirigente de la Unión Nacional de Estudiantes, Itzik Shmuli, dijo por radio que para el sábado han sido convocadas dos manifestaciones, una en Afula (norte) y otra en Beersheva (sur). Un sondeo publicado el martes aseguraba que un 88% de los israelíes apoya la causa, mientras que un 53% sí está dispuesto a participar en las manifestaciones.

El diario Haaretz (oposición de izquierda) señaló el peligro de que el movimiento alcance una etapa de aburrimiento con una posible pérdida del interés. EFE