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La política chilena se queda sin relevos generacionales

Los expresidentes Lagos y Piñera serán rivales en los comicios de Chile en 2017

De izquierda a derecha, el centroderechista Sebastián Piñera y el socialista Ricardo Lagos.
De izquierda a derecha, el centroderechista Sebastián Piñera y el socialista Ricardo Lagos.
AMAZONAWS.COM
08 de septiembre de 2016 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal desde Santiago de Chile

Aunque falta más de un año para las elecciones presidenciales de Chile, previstas para fines de 2017, los chilenos ya se preparan para un escenario inédito en la política local. Y es que de acuerdo a cómo se está configurando el mapa político, por primera vez en la historia del país el enfrentamiento electoral será entre dos expresidentes.

La semana pasada el exgobernante socialista, Ricardo Lagos (2000-2006), anunció su intención de convertirse en candidato, mientras que el exjefe de Estado de centroderecha, Sebastián Piñera (2010-2014), también aparece como abanderado de la oposición, aunque su decisión final la dará a conocer en los próximos meses.

Es un escenario inédito en democracia. Nunca antes dos expresidentes de la República se enfrentaron en las urnas. Hasta ahora, exmandatarios sí habían repostulado a La Moneda, como el caso de Michelle Bachelet en 2013 -su primer gobierno transcurrió entre los años 2006 y 2010- o Eduardo Frei en 2009 -gobernó entre 1994 y 2000- pero nunca antes dos exgobernantes se habían visto las caras ante los votantes.

Y eso es lo que ocurrirá, en un escenario altamente probable, a fines del próximo año. Lagos, abogado y economista de 78 años, se enfrentará a Piñera, economista y empresario de 66 años. Este escenario demuestra que la política no ha logrado renovarse, pero hay quienes piensan que lo que se necesita para el futuro es alguien con experiencia y trayectoria en La Moneda. Cualquiera que gane, pasará a engrosar la lista de jefes de Estado con dos períodos presidenciales no consecutivos, como la propia Bachelet.

En Chile no está permitida la reelección presidencial inmediata y el período es de apenas cuatro años.

Tanto Lagos como Piñera, con visiones políticas opuestas pero con posturas económicas relativamente similares, comparten perfiles particulares. Mientras el primero fue el primer Presidente socialista en llegar al poder después de Salvador Allende, el segundo fue el primer líder de centroderecha en ganar unas elecciones desde el retorno de la democracia en 1990.

Por ahora, de acuerdo con una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), Piñera marcha como favorito, aunque apenas con un 14% de intención de voto, mientras que Lagos -uno de los dirigentes históricos de la Concertación- cuenta con un 5%.

Pero el sondeo de CEP se realizó antes de que Lagos confirmara que estaba dispuesto a competir nuevamente por la Presidencia, por lo que ahora es otro el escenario. “No me restaré de este desafío”, dijo Lagos en Radio Cooperativa, al anunciar su decisión.

“En mi vida he perdido y ganado elecciones; en democracia no es un descrédito ganar o perder, lo que sí importa es luchar por convicción. No es fácil. No podía aceptar que el tema de debate sea si se atreve Lagos o no se atreve”, dijo al referirse a las dudas y cuestionamientos que habían surgido por si se presentaría o no.

Lagos aún es recordado por parte importante de la sociedad chilena como uno de los principales opositores a la dictadura de Pinochet, pero también muchos conocen que durante su gobierno se concretaron demasiadas concesiones al empresariado ligado con la derecha política y que fue en su gestión cuando comenzaron a estallar diversos casos de corrupción.

De todos modos, Lagos corre como el amplio favorito de la centroizquierda, aunque está por verse si es que la senadora Isabel Allende o el exministro José Miguel Insulza, ambos socialistas, dan un paso al costado en sus respectivos deseos de ser candidatos o mantener su postulación y enfrentar a Lagos en elecciones primarias. El expresidente también se enfrenta al desafío de reencantar a los más jóvenes, que ven con mucha distancia su figura por el tipo de gobierno que implementó en los 2000. De igual forma, Lagos señaló que de volver a la Presidencia mantendrá la política de Bachelet en cuanto a las reformas estructurales.

A su vez, Piñera dijo que el eventual enfrentamiento con Lagos “sería un clásico”, utilizando la jerga futbolística. En una entrevista con el diario La Tercera de Chile, este afirmó que “para mí sería más fácil ganar la elección que devolver a Chile al camino del progreso”. Además, manifestó que “el hecho de que Lagos sea candidato es un estímulo más que un disuasivo” para su repostulación.

Piñera es recordado como un gobernante atípico de la centroderecha porque en su momento se opuso a Pinochet. Durante su gestión la economía chilena mantuvo un importante crecimiento, pero diversos escándalos por conflicto de intereses de sus colaboradores terminaron desgastándolo. Así, un buen porcentaje de chilenos que votó por Piñera en 2009 como una suerte de “novedad electoral”, rápidamente se desencantó con su gestión. Ahora la carrera es otra con un escenario completamente distinto al de años anteriores. (I)

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