Los españoles acuden a la beneficencia para comer
Madrid/Atenas.-
Como consecuencia de la crisis económica y a pocos días de que comiencen los festejos navideños y de fin año, en España aumenta el número de personas que acuden a la beneficencia o a los basureros para poder comer.
En contraste, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) señala que España desperdicia anualmente 7,7 millones de toneladas de alimentos en buen estado, una media de 163 kilogramos por persona, aproximadamente un tercio de lo que compran. Solo una mínima parte de estos productos es aprovechada por grupos de activistas que organizan comedores populares.
El despilfarro también choca con el dato de que más de 21% de los 47 millones de españoles viven por debajo del umbral de pobreza, según la Encuesta de la Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La buena parte de los alimentos que diariamente desechan los supermercados se encuentra en condiciones aptas para el consumo. Así lo reconoce un gran número de gerentes de establecimientos consultados por el diario Público, quienes indican que días antes de la fecha de caducidad -varía según la cadena de supermercados- los alimentos son arrojados al contenedor aunque estén en óptimas condiciones.
En algunos de estos, por “políticas de empresa”, trituran la comida o abren las cajas de leche y zumos cuyos envases están dañados, aunque no se haya visto perjudicada la calidad del producto, y, sobre todo, esperan que pase el camión de la basura para sacar los contenedores del establecimiento.
Según un estudio elaborado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español, los supermercados no suelen donar a las ONG o bancos de alimentos, y solo un 20% asegura que realiza esta práctica.
Sin embargo, ellos no son los únicos que descartan comida diariamente, sino también los restaurantes, según otro informe, elaborado esta vez por la Federación Española de Hostelería y Restauración, que arrojan al año cerca de 63.000 toneladas a la basura, destacó el diario español.
En tanto, cada día se incrementa la cantidad de personas que se han visto en la necesidad de hurgar en los contenedores de basura para alimentarse. Entre ellos hay españoles, que no llegan a fin de mes con sus 400 euros de pensión, e inmigrantes desempleados y sin hogar. “Hago esto por necesidad, para comer”, afirmó el octogenario Máximo González, un residente de Madrid, mientras busca comida en un contenedor de un mercado, según un testimonio recogido por Telesurtv.
Esta práctica ha generado que grupos organizados, como el llamado Comida Basura, cuyo lema es “tu basura es mi tesoro”, preparen con desperdicios multitudinarias cenas gratuitas para los más necesitados.
Los miembros de este colectivo, fundado en 2010, recorren las calles de Madrid, España, en busca de alimentos que desechan vecinos, tiendas o supermercados, para organizar las cenas gratis. “Hay días en los que encuentras muchísimo, pero muchísimo, y otros que no encuentras nada”, explicó Luis Tamayo, uno de los fundadores de Comida Basura.
La Federación Española de Bancos de Alimentos (Feisbal), que agrupa a 52 organizaciones, es parte de esta iniciativa y recibe donativos de empresas de productos que son de inestimable ayuda para miles de familias en situación de pobreza. “Hay mucha hambre y necesidad”, reconoció el presidente de la Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos de Málaga (Asimec), Roberto Suárez, quien acude una vez al mes con varios compatriotas a Bancosol para recoger alimentos que luego reparten entre más de 100 familias de diferentes nacionalidades.
Se estima que cerca de dos millones de españoles se acogen al Plan de Ayuda Alimentaria de la Unión Europea (UE). Mientras tanto, en Grecia, también afectado por la crisis, se permite vender alimentos caducados a un precio inferior al original, una medida que las asociaciones de consumidores han interpretado como una prueba de su incapacidad para detener la escalada del coste de los productos básicos.