La Unión Europea descarta intervención militar en Irán
Los países europeos endurecieron las sanciones contra Irán ante las señales de que intentó desarrollar una bomba atómica, pero la opción de una intervención militar quedó de momento descartada durante una cumbre, ayer, de ministros de Relaciones Exteriores en Bruselas.
La Unión Europea ya ha congelado los haberes de centenares de empresas iraníes y desde julio de 2010 impuso una prohibición a los europeos para invertir en el sector petrolero o gasífero.
Europa “fortalecerá” sus sanciones contra Teherán, expresó ayer el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé, al fin de una reunión de los cancilleres de la Unión Europea (UE).
“Hemos tomado dos caminos paralelos para que las cosas avancen. Por un lado aguardamos una respuesta de Irán y por otro hemos aumentado la presión contra Teherán para que vea que hablamos en serio”, afirmó Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE).
Durante la cumbre, los ministros evaluaron el informe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que expresó “serias” inquietudes por el programa nuclear de Irán, debido a información “creíble” que señala que este país intentó desarrollar el arma atómica.
Al igual que Estados Unidos, los europeos no tienen mucho margen de maniobra en Naciones Unidas para incrementar las sanciones, debido a la oposición de Rusia y China. La reunión de los Veintisiete ocurrió al día siguiente de que el presidente estadounidense, Barack Obama, declarara que el mundo está unido para oponerse al programa nuclear iraní.
El mandatario norteamericano aseguró, además, que Washington consultaría con China y Rusia para incrementar la presión contra Teherán.
Desde 2007 Washington y la UE han impulsado cuatro rondas de sanciones económicas y financieras en las Naciones Unidas contra Teherán, así como medidas unilaterales, con el fin de evitar las inversiones occidentales en el sector petrolero de Irán y limitar el flujo financiero dentro y fuera del país.
Irán está sometido además a los ataques atribuidos a los servicios secretos occidentales o israelíes (asesinatos de científicos y virus informáticos destinados a enlentecer la actividad de sus centrifugadoras). Debido a dichos ataques, sus ambiciones nucleares fueron aplazadas, pero no abandonadas.
Pese a las amenazas de sanciones, Irán reiteró, la semana pasada, que proseguirá con su programa nuclear y uno de sus generales amenazó con destruir Israel si ataca sus instalaciones. “No retrocederemos ni un ápice en nuestro camino”, declaró el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad.
Mientras que el guía supremo iraní, el ayatola Ali Jamenei, dijo que Irán responderá con toda su fuerza a cualquier agresión militar de parte de Estados Unidos o Israel.
Los europeos descartan de momento una intervención militar contra Irán y algunos de los miembros de la UE la rechazan rotundamente.
Una intervención militar sería peor remedio que la enfermedad e implicaría ingresar en una “espiral sin control”, consideró Juppé.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, dijo que en un futuro se podría considerar esa opción.
“No consideramos esa opción en este momento, no llamamos a una acción militar ni la impulsamos. Al mismo tiempo creemos que todas las opciones deben permanecer sobre la mesa”, señaló.