Animado por el nuevo alto el fuego que rige en Gaza hasta el próximo martes, Mohamad al Wadiya, empresario de 30 años, decidió tomar el coche e ir a evaluar los daños sufridos por la fábrica familiar tras más de un mes de intensos combates y bombardeos israelíes.

“Habíamos conseguido reconstruir la fábrica y reabrirla hace 2 meses, después de que en 2009 quedó totalmente destruida en la operación israelí”, explica junto a los restos de lo que hasta hace poco era una cadena de producción de patatas fritas.

Situada en el este de Gaza, escenario de las operaciones de los combate israelíes, el edificio no es más que una ruina de máquinas polvorientas derruidas en medio de un erial de escombros.

La situación se repite de forma dramática en varios sectores de la Franja, donde barrios enteros han sido reducidos a cascotes desde que el pasado 8 de julio el ejército israelí emprendió una ofensiva militar que causó la muerte de más de 1.900 palestinos, el 75% de ellos civiles.

La destrucción y el número de víctimas mortales se multiplicó de forma exponencial 2 semanas después, una vez que el gobierno israelí dio luz verde a una incursión terrestre que provocó la muerte de 64 soldados israelíes y 3 civiles.

Según Mufid Hasayna, ministro de Vivienda y Obras Públicas de Gaza, el mes de combates ha arruinado la frágil agricultura que se desarrollaba, reducido a cenizas el débil tejido industrial y asfixiado el escaso comercio, con unas pérdidas económicas cercanas a los $ 5.000 millones. Alrededor de 40.000 construcciones de todo tipo han sido destruidas o quedado severamente dañadas.

Yaysir Amro, viceministro de Economía en el mismo gobierno, precisó que de esas pérdidas, cerca de $ 3.000 millones corresponden a la industria y a la agricultura.

También el zoológico y el pueblo turístico de Al Bisan en el que se encuentra, en el norte de la ciudad de Gaza, han sufrido las desgracias de la guerra.

“Han muerto 8 monos y una avestruz. La jaula de los leones está devastada y el zoo completamente destrozado”, lamenta el guardia del zoo Farid al Hissi. El lugar era uno de los pocos sitios de distracción de las familias gazitíes.

Con esta coyuntura, según Amro, la tarea de reconstruir la Franja será esta vez titánica, e imposible si Israel no levanta el bloqueo económico y el asedio militar que impone desde hace 7 años a los 2 millones de personas que allí malviven.