La región del Biobío fue declarada zona de desastre por incendios
Los incendios forestales en Chile avanzaban ayer y consumieron ya más de 37.400 hectáreas en tres de sus quince regiones, según el último reporte de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), mientras que las autoridades investigan la posible intencionalidad en algunos de los siniestros.
La mayor emergencia se vive en la región del Biobío, a 500 km al sur de Santiago, sobre la comuna de Quillón, donde se han registrado cuatro siniestros activos, con 21.300 hectáreas arrasadas. El lugar fue declarado “zona de catástrofe”, lo que permitirá destinar recursos para ayudar a los afectados.
Adicionalmente, el fuego destruyó más de 100 viviendas que motivó la evacuación de 500 personas y quemó una planta de paneles de la empresa Celulosa Arauco. Un hombre, de 75 años, murió al negarse a abandonar su hogar.
El incendio, que se inició el fin de semana, tomó fuerza en las últimas horas debido al fuerte viento y las altas temperaturas que se registran en la zona. En la vecina región del Maule, a unos 400 km al sur de Santiago, un total de 2.820 hectáreas se ha consumido por cinco incendios activos.
En tanto, en el Parque Nacional Torres del Paine, el primer lugar donde se iniciaron los incendios hace seis días, el número de hectáreas afectadas llegó a 13.306, con cuatro de los seis focos activos controlados, informó el presidente Sebastián Piñera.
Durante una inspección terrestre por el municipio de Ránquil, en la región del Biobío, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, insinuó que algunos de los incendios pudieron ser provocados de forma deliberada, ya que fueron detectados varios focos separados unos de otros ardiendo simultáneamente.
“La probabilidad de que haya sido causado intencionalmente, no es una probabilidad que podamos descartar”, enfatizó Hinzpeter.
Así mientras continúan los incendios forestales, el Gobierno confirmó ayer que pretendía reabrir al turismo hasta un 70% del Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia, una reserva de la biósfera que recibe unos 150.000 turistas en cada verano austral (diciembre-marzo), actividad que se ha visto seriamente afectada por el siniestro.
El ministro de Economía, Pablo Longueira, que viajó a la zona para evaluar la situación, manifestó ayer que las torres (dos montañas que dan nombre al parque) separan el área en dos grandes sectores.
El incendio afecta a la zona sur, por lo que se podría normalizar el turismo en la parte norte. “Estamos planificando una reapertura del parque. que también fue declarada zona de catástrofe, que cubriría prácticamente el 70%”, afirmó Longueira, aunque matizó que todavía lo tiene que evaluar.
No obstante, vientos de 70 kilómetros por hora dificultaron ayer la labor de 841 miembros de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el Ejército, Bomberos y brigadas provenientes de Argentina y Uruguay que combaten las llamas en dos focos que se mantienen todavía activos.