La matanza de 72 migrantes, entre ellos ecuatorianos,  en una hacienda del estado mexicano de Tamaulipas no ha disuadido a miles de centroamericanos de intentar llegar a Estados Unidos a través del peligroso territorio azteca, con la esperanza de salir de la pobreza.

De acuerdo con la Dirección de Migración guatemalteca, durante este año, hasta el 15 de agosto, 38.715 centroamericanos habían sido deportados vía terrestre desde México a través de Guatemala. De ellos, 20.355 eran de este último país.

“Mientras siga la pobreza en nuestros países, Centroamérica seguirá siendo un expulsor de personas que quieran ir a Estados Unidos, pese al riesgo que representa ese viaje”, expresó  el director adjunto de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal de Guatemala,  Mauro Verzelletti.

“Por el peligro que representa, lamentablemente México se ha convertido en un cementerio para los migrantes en el segundo milenio de la humanidad”, insistió.

Verzelletti lamentó que a un año de la masacre de los migrantes que se cumple mañana en un  rancho en San Fernando, Tamaulipas, cerca de la frontera con Estados Unidos, el horrendo crimen siga sin esclarecerse.

En la matanza fueron identificados 11 guatemaltecos, aunque a  30 víctimas se las sepultó sin identificar. “Es muy lamentable la falta de voluntad política y que los narcotraficantes ahora se ensañen con los migrantes”, agregó, en alusión a que las autoridades mexicanas responsabilizan al cartel Los Zetas de esta matanza.

Asimismo, criticó que los diez candidatos presidenciales a las elecciones del 11 de septiembre en Guatemala no tengan propuestas para el tema migratorio, pese a que 1,3 millones de guatemaltecos están expatriados, el 95% en EE.UU.

Los migrantes envían anualmente más de 4.000 millones de dólares en remesas familiares al país, que se han convertido en motor para la precaria economía de Guatemala, donde el 51% de sus 14 millones de habitantes vive en la pobreza.

Muchos migrantes centroamericanos que son deportados desde Estados Unidos intentan de nuevo ingresar ilegalmente al país. Para disuadirlos, la Dirección General de Migración de Guatemala y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) lanzaron, en marzo pasado, un programa para darles oportunidades laborales en la nación.

“Se busca la reintegración sostenible de los repatriados. La estrategia con el sector privado se centra en la reintegración socioeconómica de los migrantes vulnerables, mediante el establecimiento de alianzas e iniciativas con responsabilidad social empresarial”, explicó el jefe de la Misión del organismo internacional en Guatemala, Delbert Field.