El atacante de la escuela Uvalde, Salvador Ramos irrumpió el establecimiento educativo con un rifle el pasado martes 24 de mayo del 2022. Entró a un salón de clases, amedrentó a los estudiantes y abrir fuego. 

Ese día, la pequeña niña Miah Cerillo, de 11 años, vivió directamente la terrible masacre perpetrada en su colegio de Uvalde, en Texas. Ella vio morir a tiros a sus compañeros de clase a manos del atacante y sobrevivió al tiroteo fingiendo estar muerta.

Los padres de la sobreviviente compartieron el testimonio de su hija en varias entrevistas a medios internacionales, contando que: “la pequeña Miah se cubrió el pecho con la sangre de su mejor amiga para fingir que estaba muerta y cerró los ojos. La niña que murió fue Amerie Garza, quien llamó a los servicios de emergencias para pedir ayuda.

La menor y un amigo lograron agarrar el teléfono de su maestra muerta y llamar al 911 para pedir ayuda. "Por favor, envíe ayuda porque estamos en problemas", contó la niña que le dijo al operador.

Cuando llegaron los servicios de emergencias creyeron que Miah estaba inconsciente, ya que no reaccionaba a los estímulos, por lo que fue conducida al hospital y ahí los médicos constataron que no tenía ninguna herida de bala.

La tía de la pequeña Miah contó que su sobrina se encuentra en “estado de shock luego de sobrevivir a esta brutal matanza”. Vivir el ataque en primera persona ha provocado que su sobrina tenga problemas de nervios, es decir, que “grite, llore con frecuencia y tenga problemas para dormir”.

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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) May 26, 2022