El papa Francisco la canonizó
La Madre Teresa de Calcuta fue elevada a los altares
Ciudad del Vaticano.-
El papa Francisco proclamó ayer santa a la madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a los pobres, en una misa de canonización celebrada en la Plaza de San Pedro frente a más de 100.000 fieles.
“Que nos ayude a entender que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de cualquier ideología (...) y ofrecido a todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”, declaró el Papa durante su homilía.
“Es un día de celebración, de gratitud, de muchas bendiciones”, dijo desde Calcuta la hermana Mary Lysa, de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la madre Teresa en 1950 y que hoy cuenta con 5.000 misioneras que dedican su vida a los pobres.
En la fachada de la Basílica de San Pedro colgaba ayer un retrato gigante de la misionera, bajo un cielo azul y un sol de verano.
“Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia”, declaró el papa Francisco bajo aplausos, pronunciando en latín la frase de canonización ritual al inicio de una misa de dos horas.
Su fiesta en el calendario católico de santos será el 5 de septiembre, día del aniversario de su muerte, en 1997.
La canonización de la religiosa y Nobel de la Paz de 1979, conocida como el “Ángel de los Pobres”, llega cuando aún no se han cumplido 20 años de su muerte, lo que la convierte en una de las más rápidas en la historia de la Iglesia católica. Fue beatificada en 2003.
Un proceso para el que se necesitaron dos milagros aprobados -uno para la beatificación y otro para la canonización- y que fueron la “curación inexplicable” de una mujer india de religión animista, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998, y del brasileño Marcilio Andrino, que se curó de una grave infección cerebral en 2008.
Fundadora de la orden Misioneras de la Caridad, esta monja de origen albanés y naturalizada india se dio a conocer en todo el mundo por su compromiso con los más necesitados.
Para el papa Francisco, la madre Teresa de Calcuta encarna su ideal de una “iglesia pobre para los pobres”, aunque admitió que habría tenido “miedo” si esta pequeña mujer determinada hubiera sido su superiora.
La religiosa levantó polémica al recibir este galardón y afirmar que el aborto era “la principal fuerza de destrucción de la paz”.
Solangel Rojas y su hermana Zorayda, que fueron a San Pedro especialmente para la ocasión desde Cali, Colombia, llevaban en sus manos pequeños retratos de la religiosa, con la mención “Santa Teresa”. “Su canonización es grandiosa, es un ejemplo a seguir”, opinaron estas colombianas.
Los indios, numerosos en la plaza San Pedro ayer, expresaban su orgullo por esta misionera albanesa, que se convirtió en un ícono mundial de los más pobres en Calcuta. “Vivió como una mujer simple, sin ningún lujo, al servicio de los pobres”, subrayó Ancy Baby Thomas, una india vestida con un colorido sari.
Tras la ceremonia, el papa Francisco invitó a almorzar a 1.500 personas desheredadas, provenientes de toda Italia. (I)
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Los dos milagros de la religiosa
La santa 'curó' a una india y un brasileño
En el caso de la canonización se necesitan dos milagros: uno en la etapa del proceso de beatificación y otro que haya tenido lugar después de la beatificación.
Una mujer que superó un tumor en el abdomen y un hombre que se curó de una infección en el cerebro fueron los dos milagros de la Madre Teresa de Calcuta en su camino a los altares.
El primer milagro lo recibió la india Mónica Bersa, quien salvó su vida en 1998, un año después de la muerte de la Madre Teresa. Bersa, de 34 años. Tenía un tumor ginecológico del tamaño de un balón. Cuando estaba desahuciada le colocaron sobre el vientre una medalla de Agnes Gonxha Bojaxhiu, nombre secular de la monja ahora santa y se curó sin que hubiera explicación médica.
El segundo milagro que se registró para la canonización fue la curación del brasileño Marcilio Andrino, de 35 años, diagnosticado en diciembre de 2008 de una infección en el cerebro e hidrocefalia.
Andrino, ingeniero mecánico de profesión, fue ingresado de urgencia presentando grandes trastornos en la esfera neurológica. Los exámenes mostraron la presencia de 8 abscesos cerebrales.
“El lado izquierdo de mi cuerpo estaba totalmente paralizado. Mi situación empeoró. Tuve una convulsión fuerte, perdí la conciencia y me llevaron a un hospital donde me ingresaron de gravedad”, relató él mismo.
Los médicos tomaron la decisión de operarle y fue entonces cuando sucedió algo inexplicable para la ciencia. Marcilio abrió los ojos, y, entre el estupor de los presentes, despertó sin dolor alguno.
Durante un mes fue tratado con antibióticos, y a la par le rezaba junto a su esposa a la Madre Teresa de Calcuta. (I)