Israel no da muestras de reducir su ofensiva contra los palestinos
Jerusalén.-
Una frágil tregua de apenas tres horas en Oriente Medio, a raíz de la visita a Gaza del primer ministro egipcio, Hishan Qandil, se rompió ayer, con bombardeos de Israel sobre la franja y el lanzamiento de otros misiles palestinos en las cercanías de Tel Aviv y Jerusalén.
En este clima, el Gobierno de Israel autorizó la movilización de 75.000 reservistas de sus fuerzas armadas en un aparente paso hacia una invasión de la Franja de Gaza. En la mañana de ayer, en Tel Aviv y Jerusalén, cohetes Fajr-5 impactaron en zonas deshabitadas, como el desalojado asentamiento judío de Gush Etsiony, y no causaron heridos ni daños, informó la Policía, pero sí pánico entre los habitantes que escucharon las sirenas de alarma.
Es la primera vez que Jerusalén es atacada con un misil: ni siquiera Saddam Hussein, durante la primera guerra del Golfo en 1991, había lanzado sus misiles contra la ciudad. Desde Gaza, las Brigadas al Qassam, el brazo armado de Hamás, reivindicaron el lanzamiento de tres misiles M-75 contra esa ciudad israelí, uno contra el Parlamento.
En tanto, el Ejército israelí mató a uno de los líderes de la milicia de Hamás, Ahmed Abu Yalala, a dos de sus hermanos y a un vecino en un ataque aéreo en el centro de Gaza, informaron fuentes médicas y testigos. Desde el miércoles, en que Israel puso en marcha su operación “Pilar Defensivo”, 28 palestinos y 3 israelíes han fallecido. “Los hospitales de Gaza están trabajando al extremo”, informó ayer el corresponsal de Al Jazeera, Nadim Baba. Las personas heridas en las incursiones aéreas israelíes en la franja son alrededor de 200, entre ellas muchos niños.
El primer ministro egipcio debió interrumpir su visita a Gaza en solidaridad con los palestinos debido a que no cesaron los bombardeos israelíes, informan los medios. El presidente egipcio Mohamed Morsi calificó la ofensiva aérea israelí contra la franja de “agresión flagrante contra la humanidad”.
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, sin embargo, transmitió a sus colegas en el mundo que su país quiere “crear un efecto disuasorio” en Gaza, con su ofensiva militar, para “impedir que los palestinos en Gaza empleen el terrorismo contra Israel”.
El Ejército israelí ha atacado unos 600 objetivos en Gaza en los últimos tres días, según su propio recuento, mientras los cohetes de grupos armados palestinos suman 550. Los militares aseguran que su objetivo son los líderes de Hamás y los arsenales.
Pero todo hace prever una nueva ofensiva terrestre sobre la franja tras la reunión ayer del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con su gabinete. Poco después, el ministro de Defensa, Ehud Barak, aprobó la movilización de 75.000 reservistas. El Ejército bloqueó, además, las principales carreteras que conducen al territorio palestino y declaró una zona militar cerrada.
La actual escalada se desató en Gaza luego de que Israel asesinara el miércoles al jefe militar de Hamás, Ahmed Yabari, en represalia por el lanzamiento de misiles palestinos contra Israel.