Tel Aviv.-

La fiesta de fin de Ramadán, una de las más importantes del calendario musulmán, se llenó de lágrimas en Gaza, donde murieron 15 personas, 8 de ellas niños. Mientras Israel sufrió el peor ataque en 20 días de ofensiva con 4 soldados muertos por fuego de mortero disparado desde la franja.

Las bombas rompieron el breve alto el fuego que había permitido un respiro a la asediada franja. Las brigadas ‘Azedim al Kasam’, brazo armado del movimiento islamista Hamás, asumió la autoría del ataque con morteros en Eshkol, que dejó 4 muertos y 8 heridos.

Tras la agresión, el Ejército israelí advirtió a los habitantes de los barrios de Shajaiya y Zaitum, y del campo de refugiados palestino de Jabalia, en Gaza ciudad, que abandonen sus casas y se dirijan al centro en previsión de duros bombardeos.

Israel debe prepararse para una ofensiva militar “prolongada” en Gaza, anunció el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. “Los ciudadanos israelíes viven bajo la amenaza de los cohetes y los túneles de la muerte; la muerte desde arriba y desde abajo”, dijo el jefe de Estado. “No terminaremos esta operación sin que logremos neutralizar los túneles cuyo único objetivo es matar a nuestros ciudadanos”, subrayó Netanyahu.

Antes, 2 bombardeos aéreos paralelos, uno en un parque al norte de Gaza, y otro en un hospital, mataron al menos a 10 personas, en su mayoría menores. El Ejército hebreo no se responsabiliza de estos ataques y asegura que responden a cohetes fallidos de Hamás lanzados hacia el sur de Israel. Testigos y fuentes sanitarias apuntan a Israel como autor de los sangrientos bombardeos.

El portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf al Qedra, señaló que uno de los bombardeos tuvo como blanco un parque situado al oeste del campo de refugiados de Shati. Otros testigos manifestaron que un avión no tripulado del Ejército israelí lanzó un proyectil contra una zona en donde en ese momento jugaban varios niños. Ocho de ellos han muerto.

De acuerdo a las fuentes, algunos de los menores paseaban en un carro cuando impactó el bús, que dejó sus cuerpos mutilados y una gran cantidad de sangre en el suelo, según constató un periodista en el lugar.

La ofensiva dejó decenas de heridos, que fueron trasladados a centros médicos que ante los ataques carecen de insumos.