Estado Islámico amenaza con matar a dos rehenes japoneses
El grupo Estado Islámico (EI) amenazó este martes con matar en un plazo de 72 horas a dos rehenes japoneses, por los cuales exige un rescate de 200 millones de dólares al gobierno nipón, que se ha negado a ceder ante el "terrorismo".
El primer ministro japonés Shinto Abe pidió que sean liberados inmediatamente y afirmó que la comunidad internacional no cederá ante el terrorismo.
Los rehenes han sido identificados como Haruna Yukawa y Kenji Goto Jogo. En las imágenes se ve a un hombre de negro con un cuchillo en la mano, parado entre los dos rehenes que llevan vestimenta anaranjada.
Las víctimas entraron en Siria entre el verano y otoño boreales de 2014, y no habían dado noticias desde hace semanas.
La difusión del vídeo coincide con la visita del primer ministro japonés Shinzo Abe este martes a Israel y los territorios palestinos, tras viajar a Egipto y Jordania. "Exijo firmemente que no hagan daño a los rehenes y los liberen inmediatamente", dijo en una rueda de prensa, poco después de su llegada a Jerusalén.
"Estoy indignado al más alto nivel por este acto", aseguró el dirigente.
En inglés, el verdugo explica que el rescate se debe pagar en compensación por la ayuda no militar que el gobierno japonés ha prometido entregar en su actual gira a los países afectados por el avance del EI.
Abe prometió el sábado en El Cairo durante el primer tramo de su gira 2.500 millones de dólares en ayuda humanitaria y al desarrollo para Oriente Medio, y 200 millones más en asistencia para los países afectados por el éxodo de refugiados ante el avance sangriento del Estado Islámico.
Pese a la toma de rehenes, Abe afirmó que Japón no anularía esta ayuda no militar.
El primer rehén, Kenji Goto, es un periodista y productor audiovisual independiente que provee de imágenes para documentales de Oriente Medio y otras regiones.
El segundo rehén, Haruna Yukawa, apareció en imagenes difundidas anteriormente, mientras era interrogado con dureza por su captores. Una firma militar, PMC, lo identifica como jefe ejecutivo, y un vídeo de la compañía lo muestra probando una AK-47 en Siria.
Hasta ahora, Japón ha estado relativamente a salvo de la violencia islamista que ha golpeado a otros países occidentales, por su falta de implicación en las intervenciones militares internacionales lideradas generalmente por Estados Unidos.
A principios de 2013, militantes islamistas atacaron una planta de gas en el desierto argelino, en un suplicio de cuatro días que envolvió a centenares de rehenes y concluyó con el asalto de las fuerzas argelinas.
Una decena de japoneses murieron, convirtiendo a Japón en el país con más pérdidas humanas en la intervención.
Los asaltantes yihadistas aseguraron que habían respondido en venganza por la intervención militar lanzada contra los islamistas en Malí.
En respuesta, Tokio prometió 120 millones de ayuda para estabilizar la región del Sahel, infestada de radicales.
Desde agosto, el EI, que controla un vasto territorio en Irak y Siria, ha ejecutado a cinco rehenes occidentales: tres estadounidenses y dos británicos.
El hombre que aparece en el vídeo habla con un acento inglés muy similar al del verdugo de los anteriores rehenes.