Enfrentamientos entre manifestantes y la Policía estallaron ayer en varios puntos de Santiago, en el marco de un paro nacional de 48 horas convocado por la mayor central sindical de Chile, al que se adhieren además los gremios de profesores y estudiantes que desde hace tres meses protestan por una educación pública gratuita y de más calidad.

Hasta el cierre de esta edición, durante la primera jornada de protestas se registraron 35 detenidos, uno   por intento de homicidio contra un carabinero, según el Gobierno,   y 11 heridos, entre ellos nueve policías (carabineros).

Con un amplio pliego de peticiones,  que van desde una reforma constitucional hasta la disminución de impuestos a los combustibles,  la movilización  que termina hoy  es el primero que enfrenta el presidente Sebastián Piñera en sus 17 meses de Gobierno.

En al menos tres puntos de la ciudad, la Policía  disolvió con carros lanza aguas y gases lacrimógenos a los piquetes de manifestantes que intentaron cortar el tránsito.

En el centro de Santiago, agentes policiales se enfrentaron con encapuchados que instalaron barricadas frente a la Universidad de Chile. Otros grupos arremetieron contra la Policía en la comuna de Ñuñoa, en el oriente, y en el sector sur, donde se bloqueó el acceso a una importante carretera.

Más temprano en la mañana se registraron  barricadas incendiarias y bloqueos en varios puntos de Santiago  dificultando el traslado de las personas en la hora punta de la jornada.

Manifestantes bloquearon con neumáticos encendidos y palos esquinas importantes de la capital, como varias intersecciones de la Avenida Alameda, la principal arteria de Santiago. En sectores periféricos, se impedía la salida de buses arrojándoles piedras, de acuerdo a reportes de medios.

Sin embargo, los bloqueos no lograron paralizar la ciudad de más de seis millones de habitantes, donde los servicios de metro y buses urbanos funcionaban “con normalidad”, según el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz.

“En muy pocas partes está paralizado el tránsito y hay un poco de demora por las barricadas”, indicó el funcionario.
Arturo Martínez, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), replicó, por su parte, que “el Gobierno “está empeñado en demostrar normalidad, cuando todo el país sabe que el país no está normal hoy”.

La CUT es  la mayor sindical del país -que reúne al 10% de la fuerza laboral- y que convocó a la movilización.

Durante la madrugada se registraron enfrentamientos entre manifestantes y policías en barriadas pobres de la periferia de la ciudad, mientras que  en la noche miles de chilenos salieron a las calles para hacer sonar cacerolas en apoyo a la manifestación.

En el barrio   La Pincoya, en el norte de Santiago, un policía resultó herido en una mano tras ser alcanzado por una bala durante un tiroteo cuando trataba de disolver una protesta.