La política es cíclica y, cada tanto, se suele hablar de ganadores y perdedores. En Chile, la derecha ha caído en esa última categoría, tras una serie de escándalos que han afectado a sus principales partidos y figuras icónicas. A raíz de esto, y teniendo en cuenta que actualmente -además- gobierna la centroizquierda, la oposición a Michelle Bachelet está viviendo por estos días un momento crítico.

Todo comenzó hace un par de semanas, con el estallido de un caso de financiamiento irregular de campañas políticas, que ha golpeado a la opositora Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido de la derecha chilena, que también integra Renovación Nacional (RN). Ambos conglomerados conforman la opositora Alianza por Chile, el bloque que llevó a Sebastián Piñera a La Moneda en 2010.

El caso estalló a partir de una investigación de la fiscalía a los principales socios del Grupo Penta, un banco de inversiones que maneja activos por $ 20.000 millones. El Servicio de Impuestos Internos (SII) denunció a los dueños de Penta como presuntos autores de delitos tributarios por la utilización indebida de facturas falsas para evadir impuestos por $ 3,3 millones. Hasta ahí el tema era financiero, pero dio un giro político cuando un exejecutivo de Penta afirmó que el grupo financiaba las campañas de la UDI.

Entonces, varios de los más importantes políticos de ese partido se vieron envueltos en este escándalo y debieron salir a dar explicaciones. El delito es que este financiamiento de campañas se hacía con dineros provenientes de negocios ficticios que acreditaban con facturas fraudulentas.

La derecha ha intentado arremeter y ha señalado que políticos de la alianza oficialista Nueva Mayoría también han recibido fondos irregulares para sus campañas.

Sin embargo, el más golpeado hasta ahora es el precandidato presidencial Andrés Velasco, el ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachelet (2006-2010), que había logrado posicionarse como una figura crítica de la actual Presidenta. Según una encuesta Cadem, el 54% cree que Velasco recibió dineros irregulares.

Hasta antes del escándalo, no estaba claro si Velasco postularía a La Moneda en 2017 como outsider de la Nueva Mayoría o bien como el candidato de la centroderecha.

Guardaespaldas de Pinochet

Pero parte de la derecha chilena también se encuentra golpeada por el arresto esta semana del excoronel Cristián Labbé, una de las figuras de la dictadura más cuestionadas en Chile y militante de la UDI. Hasta 2012, Labbé fue alcalde durante 12 años de la comuna de Providencia, uno de los barrios más grandes y pudientes de Santiago. Ello, pese a sendas acusaciones por violaciones a los derechos humanos, como supuesto torturador.

El lunes, Labbé -que además fue guardaespaldas de Pinochet- fue detenido junto a otros nueve exoficiales chilenos, por su presunta participación en el secuestro y asesinato de 13 personas durante el régimen de Pinochet.

Labbé fue defendido por la UDI (su partido) tras ser acusado formalmente por la justicia por ser parte de una asociación ilícita integrada por policías, militares y civiles que torturó y mató a 13 opositores a Pinochet.

Estos delitos fueron cometidos tras el golpe del 11 de septiembre de 1973, en el cuartel militar de Tejas Verdes, en la ciudad de San Antonio, en la Quinta Región de Valparaíso, a unos 120 kilómetros de Santiago.

Hasta hoy, tres víctimas que forman parte del caso continúan desaparecidas. Según diversos testimonios, todos fueron torturados y ejecutados.

Labbé recuperó ayer su libertad bajo fianza, pero el Programa de Derechos Humanos del Gobierno (un ente autónomo), informó que apelará a la decisión e incluso solicitará que se amplíen los cargos contra el excoronel, uno de los más conocidos defensores de Pinochet que hay en Chile. La controversia pasó a la contingencia política después de que Labbé fuera visitado en el lugar donde estuvo momentáneamente detenido por el presidente de la UDI.

El exuniformado, que niega todos los cargos y sostiene que él fue un mero preparador físico del personal de Tejas Verdes, es un personaje muy polémico y sumamente cuestionado. Durante su gestión como alcalde, por ejemplo, organizó un homenaje a Miguel Krassnoff, uno de los mayores violadores de derechos humanos durante la dictadura y que hoy cumple sendas penas de cárcel por sus crímenes.

Para empeorar aún más las cosas, la élite chilena (asociada a la derecha política) sufrió la semana pasada un fuerte revés después de que la justicia determinó que el sacerdote John O’Reilly -conocido como el cura de la élite y ligado a la UDI- cometió abusos sexuales contra una exalumna del colegio Cumbres. La investigación duró dos años. O’Reilly, de los Legionarios de Cristo, se hizo un nombre por sus vínculos con grandes empresarios, varios de los cuales financian las campañas políticas de la derecha, aunque también de la centroizquierda.