El desempleo aumenta en Argentina y se ubica en el 7,1%
Más de un millar de empleos perdidos al día. Este es el promedio que ostenta el presidente argentino, Mauricio Macri, en sus primeros 100 días de gobierno, que cumplirá el 18 de marzo.
La cifra es contundente. Según un estudio de la consultora Tendencias Económicas y Financieras, 107.000 personas fueron despedidas solo en el primer bimestre del año. Y no solo en dependencias del Estado nacional, gobernaciones y municipios administrados por la alianza derechista Cambiemos, sino también en sectores clave de la economía.
Según la investigación, en enero perdieron su empleo 41.900 personas, la mitad de ellas en la gestión pública, donde el gobierno argumenta que lleva adelante una política de despidos de “ñoquis”, como se llama a los trabajadores estatales que cobran un sueldo sin trabajar y que Macri atribuye a militancia del kirchnerismo.
Pero los gremios estatales rechazan esa estigmatización y denuncian que han echado a miles de trabajadores que cumplían sus tareas. Ya en febrero la pérdida de trabajo fue mayor. Al menos 65.800 personas quedaron en la calle, con una diferencia de peso: la mayoría se desempeñaba en el sector privado, de acuerdo al estudio.
El área más afectada es la construcción. Sin obras públicas en marcha, muchas de ellas paralizadas desde el último tramo de la gestión kirchnerista y con un alza notoria de la inflación y una devaluación de más del 50% que disparó los costos, la construcción está en caída libre.
Juan Chediack, presidente de la Cámara de la Construcción, dijo que “es muy difícil sacar créditos y hacer obras públicas con el nivel de inflación que hubo” y que se estima sobrepasará el 35% este año.
“Tenemos un registro de cuántos empleos se perdieron desde diciembre, son 54.000 obreros”, sostuvo Chediack. ¿Las causas? “El déficit fiscal del año 2015 (que el gobierno de Macri asegura que fue del 7% del PIB) que dificultó los pagos de las obras” públicas y “la alta inflación que paró bastante los desarrollos privados”. Se estima que 400.000 personas trabajan en la construcción. Macri asegura que recibió un país con obra pública paralizada.
Los desempleados tocan las puertas en busca de trabajo
Los albañiles, que en las grandes ciudades como Buenos Aires, donde la mayoría son inmigrantes paraguayos, se están quedando en la calle. En el peor momento de la crisis de 2001, cuando el desempleo se disparó el 20%, era común que tocaran el timbre de casas donde alguna vez prestaron servicios para preguntar si se necesitaba hacer algún trabajo hogareño para ganarse el pago de al menos una jornada laboral. La semana pasada, Martín, un albañil de 40 años que vive en la periferia, se acercó a una casa, donde había trabajado en el pasado, para preguntar si había alguna “changa” (trabajo diario de cualquier índole). La escena la repitió en viviendas vecinas donde ya lo conocían. Pero se fue con las manos vacías. “No hay laburo (trabajo)”, susurró. “Yo tenía miedo de que esto pasara y está pasando”.
En su reciente discurso ante el Parlamento, en el inicio de las sesiones ordinarias, Macri dijo que heredó un país con 1’200.000 desocupados. Pero la población económicamente activa está compuesta por 16’800.000 trabajadores. El índice da 7,1%, una de las cifras más bajas desde la restauración democrática. En 2013 fue de 6,4%. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner aseguró en agosto que el desempleo era de 6,6%. Pero con la pérdida de más de 100.000 puestos de trabajo desde la asunción de Macri se calcula que creció más de un medio punto porcentual.
Después de la construcción, los sectores más afectados son los gastronómicos, textiles y la indumentaria.
Los empresarios privados, en tanto, ven con cierto optimismo la estrategia del gobierno en materia económica. Este sector -salvo excepciones como el textil que teme una apertura indiscriminada a las importaciones- ha respaldado la candidatura presidencial de Macri y acompaña el proceso de liberalización y apertura de la economía que lleva a cabo el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. El funcionario promete un “ambicioso” plan de obra pública para revertir la degradación del empleo en la construcción tras arreglar con los “fondos buitre” el pago de más de $ 11.000 millones de deuda en default. El acuerdo será tratado en el Congreso la próxima semana.
Sin embargo, están a la defensiva y, según un sondeo, el 80% de ellos no planea tomar trabajadores este año, por lo que el panorama se presenta negro para el empleo. La cifra surge de un estudio de la firma Manpower. El modelo es el tradicional “wait and see” (esperar a ver qué sucede) que caracteriza los tiempos donde reina la incertidumbre. La buena noticia es que no planean despidos masivos.
Según el informe trimestral de Manpower, los empresarios argentinos reportan expectativas de contratación moderadas. El 11% espera incrementar sus dotaciones de personal, el 5% anticipa una disminución y el 78% no prevé cambios.
Pero aún resta ver qué sucederá en la administración pública. Los gremios estiman que hubo hasta ahora más de 20.000 despidos. El ministro de la Modernización, Andrés Ibarra, admitió que se analizan entre 24.000 y 25.000 contratos de trabajadores estatales firmados en los últimos 3 años. Pero no es solo el único sector en jaque: la prensa también fue afectada. Cientos de periodistas quedaron en la calle con el cierre de varios medios kirchneristas, como el diario Tiempo Argentino o Radio América, que sobrevivieron con millonaria pauta oficial en los últimos años. Ahora los trabajadores denuncian vaciamiento empresario y realizan protestas diarias. (I)
Ministro cree que inflación bajará el 1% mensual
La inflación en Argentina, que cerró 2015 con un alza estimada de un 30% anual, convergería a 1% mensual en el segundo semestre, afirmó ayer en Chile el ministro de Hacienda y Finanzas argentino, Alfonso Prat-Gay.
En una exposición en el marco de un seminario empresarial en Santiago, el ministro argentino afirmó que “muy probablemente en la segunda mitad del año vamos a estar en niveles de inflación de 1% mensual, que ya es más compatible con la meta del año siguiente del 12% anual”.
En febrero, la inflación en Argentina se ubicó en torno a 4%, según consultoras privadas. Mientras que, el presidente Mauricio Macri prometió instaurar un índice oficial en junio tras cuestionar la supuesta manipulación estadística en el anterior gobierno.
El organismo nacional de estadísticas (Indec) todavía no ha precisado cómo se calculará la inflación interanual en Argentina, que cerró 2015 con un estimado de 30%. Para 2016, la inflación proyectada por el gobierno centroderechista de Macri se ubica entre el 20% y 25%, aunque entidades privadas pronosticaron un alza del costo de vida en Argentina de 35% o más.
El gobierno de Macri decretó la emergencia en el ámbito estadístico e introdujo reformas en el Indec. (I)