El Cuerno de África empieza a recibir ayuda alimentaria
La ONU entregó la primera ayuda humanitaria a una región de Somalia bajo control de los rebeldes golpeada por una grave hambruna debido a una sequía, la peor registrada en sesenta años, mientras que la Unicef arrojaba ayer cifras impresionantes: medio millón de niños corre el “riesgo inminente de morir” por la falta de alimentos.
El director ejecutivo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Anthony Lake, explicó que la fuerte sequía que azota a la región del continente afecta a más de dos millones de niños desnutridos y 500 mil sufren malnutrición severa. “Están en riesgo inminente de morir. Necesitan ayuda inmediata (...). Esta es una crisis muy grave”, alertó durante una rueda de prensa en la capital keniana.
Lake compareció junto con el ministro británico de Desarrollo Internacional, Andrew Mitchell, cuyo país anunció el sábado el envío de 52,25 millones de libras (60 millones de euros) de ayuda urgente para asistir a los afectados en Somalia, Kenia y Etiopía, al igual que Alemania que ayudará con 5 millones de euros.
El papa Benedicto XVI expresó ayer su preocupación por la catástrofe humanitaria en el Cuerno de África, en particular Somalia, durante la oración del Angelus de ayer. “Deseo que se refuerce la movilización internacional en favor de estos hermanos y hermanas duramente castigados y entre los que hay tantos niños”, agregó Benedicto XVI que pidió a las personas de buena voluntad su apoyo a favor de estas poblaciones.
Según las Naciones Unidas, cerca de diez millones de personas están afectadas por la sequía y necesitan urgentemente ayuda humanitaria para enfrentar la desnutrición en algunas regiones.
La falta de agua afecta a 3,2 millones de personas en Kenia, 2,6 millones en Somalia, 3,2 millones en Etiopía y 117.000 en Yibuti. En Somalia, el país más golpeado, uno de cada tres habitantes necesita ayuda alimentaria de emergencia, de acuerdo con la Unión Africana.
Miles de familias somalíes han huído del hambre y la miseria y buscando cobijo en el campo de asilados de Dadaab (este de Kenia), diseñado para 90.000 personas y considerado el mayor del mundo, pero que actualmente acoge a más de 300.000 refugiados.
Para enfrentar esta grave crisis regional, cinco toneladas de alimentos y medicinas para niños desnutridos fueron transportadas por avión a la región de Baidoa, en el centro de Somalia, después de que los rebeldes levantasen la prohibición a las operaciones de las agencias de cooperación extranjeras, precisó Iman Morooka, portavoz en Somalia del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Fue un éxito y un primer paso para la entrega de suministros por vía aérea en Somalia. Esta es la primera operación de este tipo en dos años”, afirmó. Los rebeldes islamitas shebab habían obligado a partir a la mayoría de organizaciones humanitarias en 2009, imponiendo en particular condiciones de trabajo inaceptables, impuestos informales y la exclusión de las mujeres de los programas de ayuda.